«Expresamos nuestras condolencias y toda nuestra solidaridad con sus familias y su comunidad en este momento tan doloroso», señaló en un comunicado.
«Llamamos a las autoridades mexicanas competentes a desplegar todos los esfuerzos necesarios para que haya justicia y que este crimen no quede impune».
Los sacerdotes Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salaza fueron asesinados este lunes al interior de una iglesia de la comunidad de Cerocahui, en el Municipio chihuahuense de Urique, y sus cuerpos fueron sustraídos por sujetos armados.
En conferencia desde Palacio Nacional, el Presidente Andrés Manuel López Obrador informó que la ejecución ocurrió luego que un hombre perseguido por un sujeto armado se resguardó dentro del templo, pero el victimario lo atacó al igual que a los dos sacerdotes que se encontraban en el lugar.
La Oficina en México de la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas también condenó el asesinato de los sacerdotes.
«El asesinato de estos dos reconocidos sacerdotes nos recuerda la situación de violencia extrema y vulnerabilidad que enfrentan las comunidades de la Sierra Tarahumara en Chihuahua», señaló Guillermo Fernández-Maldonado, Representante en México de la ONU-DH, en un comunicado.
«Ante estos crímenes aliento a los tres niveles de gobierno a implementar de manera efectiva el plan de contingencia que fue acordado en 2016 para prevenir y responder a los ataques contra personas defensoras y periodistas en el estado».
La ONU-DH pidió a las autoridades desarrollar una investigación efectiva y exhaustiva de los asesinatos, considerando todas las líneas de investigación relevantes e identificando a los autores materiales e intelectuales.
El caso, dijo, pone de relieve la necesidad brindar «medidas de protección inmediatas» a la comunidad de Cerocahui, y demás lugares de la Sierra Tarahumara en situación de riesgo. Recordó que estas comunidades están en zonas aisladas y tienen una fuerte presencia indígena, lo que hace más vulnerables.
«Es urgente lograr la recuperación de los cuerpos de los dos sacerdotes que fueron sustraídos de la iglesia por los autores materiales del asesinato y asegurar una restitución digna de los mismos», subrayó.
«ONU-DH expresa su solidaridad con las familias de Javier y Joaquín, con la comunidad de Cerocahui y con la Compañía de Jesús, e insta a las autoridades a romper el círculo de violencia extrema que afecta a las comunidades de la Sierra Tarahumara». (Reforma).