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Biblioteca Preutab

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Biblioteca Preutab

 Del repugnante servilismo que

caracterizó a la dictadura, asistimos

al no menos asqueroso libertinaje de

perversos demagogos. Manuel Mestre

Ghigliazza 300311/II informe de Gobierno

 

Filibusteros del periodismo, advenedizos de la palabra que se van de extremo a extremo, son el cáncer de la prensa en todo tiempo. Conocer la historia de este quehacer hará cada día mejor a quienes hacen de este oficio de hombres una tarea donde la honra personal esté por encima de cualesquier prebendas o negocios.

La idea se me viene al preparar los libros que, en primera entrega, he donado a la organización periodística Prensa Unida de Tabasco (Preutab) como un pie de biblioteca especializada que se ponga al servicio de los compañeros.

Los libros, esta vez todos sobre periodismo, formaban parte de mi biblioteca personal que he ido creando poco a poco y que en mucho han servido a mi trabajo, principalmente en columnas. No se alejan de mí, pues estarán en la sede de Preutab, a la mano para cualquier consulta; como lo estarán para los periodistas que alguna vez se den la oportunidad de visitarnos.

Es sólo, insisto, el principio de un acervo que podrán incrementar otros compañeros de oficio o cualquier ciudadano preocupado por la preparación de los periodistas, aún de los que han pasado por las aulas universitarias y no son como los autodidactas que iniciamos este camino. Aunque en mi caso tuve la oportunidad de cursar la carrera, gracias a la Federación de Asociaciones Periodísticas de la República Mexicana (Fapermex), a distancia, en la Universidad Autónoma de Chihuahua. 

En los extremos, del que todo lo alaba y el que todo lo censura, se ha colocado a la prensa, al periodismo en general, ahora en las redes sociales, en la desconfianza ciudadana. La incursión de gente arribista a las tareas de información, ha aumentado el problema.

No muy pocos intentos fallidos hay en la literatura sobre prensa para tratar de explicar o entender este fenómeno. Oficio de muerte, de Carlos Moncada Ochoa, con prólogo de Miguel Angel Granados Chapa, es un volumen de la colección que ahora entrego a las nuevas generaciones de comunicadores —poco me gusta la distinción académica, y tal vez de formación, entre estos y los periodistas talacheros— como un ejemplo de lo que tenemos que saber de nuestro pasado los que vivimos del periodismo.

Claro que en la colección hay otras obras menos preocupantes qué ésta, una investigación historiográfica que estudia las agresiones contra la prensa desde mitad del siglo antepasado.

Lo menciono porque cita un caso que muchos tabasqueños mencionan a medias, a falta de información actualizada. Se conoce que el periodista José Gurdiel Fernández, crítico acérrimo de Mestre, hizo una copla aludiendo a presunto amorío del gobernante: Es la suerte de un doctor/ la mejor que se baraja:/ si sube encuentra una flor/ i halla una rosa Sibaja. Ésta, según la ficha 240, de El periodismo en Tabasco, de Francisco J. Santamaría, fue “la muchacha a quien el Dr. Mestre hizo su amante al subir al gobierno i que fue causa del mayor escándalo público”.

Moncada Ochoa, en Oficio de muerte, si bien no publica los versos, recurre a Alfonso Taracena, para decir que “como revelaba los amores de éste (de Mestre) con una joven de la sociedad provinciana, Gurdiel aventaba un ejemplar de su pasquín por el balcón de la recámara de la esposa del primer mandatario del estado”.

Entre otras cosas cuenta como “el cura renegado” —como lo califica Taracena—, intenta, en septiembre de 1912, después de pláticas con el maderista Francisco Vázquez Gómez, un levantamiento armado, en Balancán; sorprendió a la policía, tomó las armas y parque y se internó en la selva pero no llegó lejos. En el rancho El Cortador las fuerzas del gobierno le dieron alcance y le hicieron dos muertos. Gurdiel y el periodista cubano Renón de la Moral se internaron en la selva, donde fueron localizados hambrientos, desnudos y casi muertos de sed… Se les aplicó la ley fuga, el 12 de septiembre de 1912.

Según Manuel González Calzada, en Historia de la Revolución mexicana en Tabasco, “el gobernador  confesó, años después, haber dado la orden de ejecución”. Gurdiel sería la primera víctima conocida de la venganza del poder en Tabasco.

De todas formas en su informe de ese año, el tercero, Mestre elogia “la valerosa conducta de algunos habitantes de la municipalidad de Balancán, quienes de enérgico y espontáneo modo, y dando un ejemplo de civismo, batieron y capturaron a un grupo de ejecutoriados aventureros…”

Y condena “la conducta de los que, deshonrando el glorioso nombre de periodistas, llevan a cabo una labor infame de discordia, de alarma o de enervamiento…

Mejores lecturas en otros libros.