El líder secesionista de Cataluña se enfrentaba el lunes a una presión creciente para que abandone sus planes de declarar la independencia de la región de España, mientras Francia y Alemania expresaron su apoyo por la unidad del país.
El gobierno de Madrid, que lidia con la mayor crisis política que vive España desde un fallido intento de golpe de Estado en 1981, dejó claro el lunes que responderá de forma inmediata a cualquier declaración unilateral.
Transcurrida una semana de la celebración de un referendo de independencia que el Gobierno central hizo todo lo posible por impedir, están emergiendo más indicios de que la situación está pasando la cuenta también al clima empresarial en la región más rica de España.
El presidente catalán, Carles Puigdemont, tiene previsto hablar ante el Parlamento regional el martes al mediodía y el gobierno de Madrid teme que se apruebe una declaración unilateral de independencia.
Las autoridades catalanas aseguran que la gente votó de forma abrumadora por la secesión en el plebiscito, que fue declarado ilegal por los tribunales y estuvo marcado por la violencia policial contra los independentistas.
No obstante, el asunto ha dividido profundamente tanto a la región nororiental como a la nación española. Cientos de miles de partidarios de la unidad inundaron las calles de Barcelona durante el fin de semana para protestar contra los planes de ruptura.
Animada por esta muestra de apoyo, la vicepresidenta española, Soraya Sáenz de Santamaría, dijo el lunes: “Yo apelaría en este último momento a la gente sensata de la Generalitat, (…) que no se tiren al precipicio, porque van a arrastrar a la gente detrás”.
“Si declaran unilateralmente la independencia, habrá decisiones para restaurar la ley y la democracia”, comentó Sáenz de Santamaría a la radio Cadena Cope.
El respaldo llegó también desde los pesos pesados de la Unión Europea: Alemania y Francia.
La canciller germana, Angela Merkel, habló sobre la crisis el sábado con el presidente español, Mariano Rajoy, indicó su portavoz el lunes. En la conversación, reiteró su apoyo a la unidad de España y animó a profundizar el diálogo.
Por su parte, Francia aseguró que no reconocerá a Cataluña si declara la independencia de manera unilateral, agregando que una decisión así conduciría a la expulsión automática de la región de la UE.
“Esta crisis necesita ser resuelta con diálogo a todos los niveles de la política de España”, comentó la ministra francesa de Asuntos Europeos, Nathalie Loiseau.
La UE no ha mostrado interés alguno en una eventual independencia catalana, pese a la petición que hizo Puigdemont para que Bruselas mediara en la crisis. (Reuters).