Testigo fiel
Por: Jesús Torres
Ataque desesperado a opositores
Sin una mayoría calificada en el Senado de la República Morena y sus aliados empezaron a soltar los ‘demonios’ en un intento de dividir el voto opositor que ha anunciado su rechazo a la reforma judicial.
Una práctica recurrente en este sexenio a punto de fenecer y que se valió de distractores y cortinas de humo para no atender los grandes problemas de este país que serán heredados a la siguiente administración.
Tras el paro indefinido de jueces y magistrados así como trabajadores del Poder Judicial Federal a inicios de esta semana, el líder nacional del PRI y próximo senador de la república, Alejandro Moreno Cárdenas fue uno de los primeros en solidarizarse con el movimiento antireformista y de advertir que votarán en contra.
En sus redes sociales, ‘Alito’ Moreno acusó además de ‘dañina’ la reforma que López Obrador meterá a chaleco con una sobrerrepresentación en la Cámara de Diputados, pero no así en el Senado de la República donde Morena no alcanzó la mayoría calificada.
A raíz de la postura del político campechano, quien ve riesgos en los derechos laborales, la imparcialidad en la justicia y la estabilidad del Estado de Derecho, el partido oficial a través de sus voceros ha enderezado ataques en su contra para dividir el movimiento opositor a la reforma judicial.
No es la primera vez que lo hacen, sobre todo previo a las fallidas reformas de AMLO en materia eléctrica y electoral en el 2022 y ahora que Morena y aliados pretenden eliminar los organismos autónomos y formar un poder judicial popular.
En todas, el bloque opositor formado por los partidos PRI, PAN y PRD hasta antes de las elecciones del 2 de junio, se pronunció en contra del paquete de iniciativas de López Obrador, incluidas las rechazadas que anunció desde febrero de este año.
El del PRI no es el único frente que ha abierto el oficialismo en contra del proyecto reformista de AMLO, a este se han sumado el PAN, MC, organismos empresariales e internacionales, así como las calificadoras financieras, la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) y recientemente los embajadores de EU en México, Ken Salazar y de Canadá, Graeme Clark.
El representante del gobierno estadounidense advirtió que de aprobarse la reforma se pondría en riesgo la democracia mexicana y la relación comercial entre ambos países.
¿Seguirá estirando la cuerda el de Palacio Nacional hasta llevar el país al precipicio antes de que concluya su sexenio y peleándose con medio mundo por manifestaciones contra la reforma al Poder Judicial? Parece que sí.