Testigo fiel
Arturo, el hombre Bucareli
Por: Jesús Torres
Aquí lo dije la semana pasada y lo reitero, la sordera gubernamental no está permitiendo que haya esa comunicación entre gobernante y gobernados. Insisto, no es posible que un grupo de ciudadanos, no importa cuántos hayan sido, no fueran atendidos por el inquilino de la Quinta Grijalva cuando se acercaron a pedir lo que todos queremos: paz.
No hubo el mínimo gesto del gobernador, Arturo Núñez para con quienes ayer domingo realizaron una marcha para pedir por la tranquilidad y seguridad de este estado; era su oportunidad de invitarlos a pasar a la casa de gobierno y dialogar de manera franca con ellos, incluso de presentarles al nuevo general encargado de la seguridad y ahí mismo adelantarles las acciones que se emprenderán para abatir la delincuencia. Pero no, no pasó nada de eso.
No dudo que quienes asesoran al gobernador le hayan comentado que podría aprovecharse ese momento para hacer ver a los tabasqueños la intención de éste gobierno de querer cambiar las cosas y que el tan llevado y traído cambio verdadero sí está dando resultados. Sin embargo Núñez dejó ir la oportunidad.
Esto me hizo recordar lo que una gente, que conoce muy de cerca al mandatario tabasqueño, me ha comentado en múltiples ocasiones desde que inició este gobierno, me dijo que Arturo Núñez es cien por ciento “Bucareli”.
Es decir, un hombre que debido a su paso por la Secretaría de Gobernación, donde por cierto se formó políticamente, se acostumbró a «batear» todo tipo de protestas, marchas, plantones, mítines, no sólo de la capital del país, sino de otras entidades de la República. Y no lo dudo.
Si hacemos un repaso de su gestión a partir de que asume la gubernatura, Arturo Núñez ha actuado como si aún estuviera en Bucareli.
En agosto de 2013, los maestros realizaron marchas y montaron un campamento frente a la Quinta Grijalva, sacrificaron un cerdo al viejo estilo del PRD, pero el gobernador no les entregó la cabeza del entonces secretario de Educación, Rodolfo Lara Lagunas, el cual era uno de los principales planteamientos del magisterio. En los hechos, a Núñez poco le importó aquella vez que se perdieran tantos días de clases al arrancar el ciclo escolar. Ni los tres sindicatos unidos, SNTE, SIETET y SITEM lograron doblegarlo.
Lo mismo ocurrió en marzo del 2014, en Seguridad Pública, los policías se amotinaron tantas veces, al grado de llegar a los golpes entre unos y otros, la noticia se volvió escándalo nacional, incluso la ciudad quedó en manos del hampa. No por nada en las calles de Villahermosa se observó por varios días el patrullaje del ejército, mientras policías y gobierno se ponían de acuerdo.
Y no fue una, sino varias veces que los uniformados pidieron la renuncia del general, Audomaro Martínez Zapata, planteamiento que siempre les fue negado por el gobernador, quien dijo, no iba a ceder a chantajes de los policías.
Pero hoy que que la autoridad se ha visto rebasada por la delincuencia, no le ha quedado de otra al inquilino de la Quinta Grijalva que darle de baja al recomendado de Andrés López Obrador, líder nacional de Morena debido al fracaso en materia de seguridad pública.
¿Quién no recuerda a las mujeres indígenas de Macuspana que fueron atacadas por policías sólo por el hecho de haber reclamado al gobernador el apoyo que les prometió en campaña para instalar una maquiladora y contar con una fuente de empleo para sostener a sus familias? En vez de escucharlas y atenderlas, lo que recibieron fue una andanada de golpes de los uniformados. Sólo basta recordar lo que aquella ocasión contestó Núñez a esas humildes mujeres: «El gobierno a presión no responde».
Así las cosas, sí en los momentos más álgidos, el gobernador, Arturo Núñez ha prestado oídos sordos a los reclamos de la gente y ha preferido encerrase a piedra y lodo en la Quinta Grijalva, qué pueden esperar un grupo de ciudadanos que sólo piden paz, y que se les garantice uno de los derechos más elementales para la convivencia social como es la seguridad.
Olvídese de Bucareli don Arturo, los tabasqueños solo quieren que regrese la tranquilidad al estado, la armonía, la paz social, caminar por las calles y sentarse en las puertas de sus casas sin temor a ser asaltados. ¿Cómo le va a hacer?, esa es su chamba, para eso le pagamos los tabasqueños, a usted y todo su equipo de colaboradores. Aún le quedan tres años para enderezar el rumbo. Hay tiempo, esperamos que así sea, sino, que el pueblo se lo demande.