Vaya sorpresa que se ha dado a conocer a través de las redes sociales y es que, uno de los afamados exasesores del candidato de Morena, Andrés Manuel López Obrador, Luis Costa Bonino, señaló que las encuestas y sus cifras son un ejemplo más de que no se puede creer en ellas ya que solo toman la opinión de una realidad.
A través de su cuenta de Twitter, el doctor en Ciencia Política de Sciences-Po París, destacó que “las encuestas en México tienen una inmensa tasa de rechazo y no respuesta. Un 75% en el caso de “El Financiero”. Y el 25% que sí contesta, es el más participativo y militante, donde tiene mayoría López Obrador. Hoy sólo son un instrumento de desinformación y propaganda”, destacó.
Además habló acerca de las ultimas estimaciones en las que, contundentemente, la gente no está atendiendo a las casas encuestadoras.
“El “voto efectivo”, es una gigantesca manipulación informativa. La encuesta de “El Financiero”, que atribuye 50% de intención de voto a López Obrador tiene un 75% de rechazo o no contesta, es decir que la intención de voto expresada es la mitad de ese 25% restante: sólo un 12,5%.
Luis Costa Bonino es recordado por su episodio triste en la campaña de 2012 cuando, en una reunión privada en la casa del empresario Luis Creel, primo del panista Santiago Creel, pidió apoyo para recaudar 6 millones de dólares para “ganar” la elección presidencial.
“Necesitamos conseguir seis millones de dólares para ganar la Presidencia de México”, se escuchaba en una grabación de más de 2 horas publicada el 30 de mayo de 2012 por el periódico El Universal.
“El poder y el dinero es un elemento que no es, a pesar de lo que mucha gente pueda creer, no es definitivo, es importante pero no es definitivo, en la parte de comunicación es mucho más importante la parte cualitativa que la parte cuantitativa”, afirma Bonino.
No es la primera vez que habla de AMLO
En uno de sus artículos publicados, titulado “La campaña presidencial 2012“, habló sobre lo ocurrido al interior de la campaña presidencial del 2012, donde reitera que Andrés quedó sin una estrategia y cometió diferentes errores a un mes de la elección.
“López Obrador es un luchador social, pero no político. Desconfía del poder, le teme, no quiere ser Presidente. Sólo le gustan las multitudes, los abrazos, los aplausos, los discursos. Es muy buen candidato, pero pésimo estratega. Es un conductor de masas, de multitudes. Su objetivo esencial es tratar de demostrar una superioridad moral absoluta en relación con todos los demás políticos de México. Esa pretensión de superioridad moral, para él es más importante que la Presidencia”, sostiene Bonino, en su blog.
“Quienes ganan o pierden las elecciones son los candidatos. Ni los partidos, ni los asesores, ni las campañas lo hacen. López Obrador contó con una maravillosa campaña que lo llevó a un lugar donde ni él pensaba llegar en la elección de 2012. Tuvo el triunfo asegurado, pero el mismo día que tuvo la victoria electoral en sus manos, renunció a ella. Rompió, terminó, destruyó el equipo que lo había hecho posible. Le regaló la Presidencia de México a su adversario (…)”, agregó. (Con información de Noticias en la Mira).
