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El tigre, la amenaza de AMLO

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Testigo fiel

Por: Jesús Torres

El tigre, la amenaza de AMLO

No han iniciado de manera formal las campañas para la presidencia de la república, pero el candidato de la coalición que integran los partido, Morena, PES y PT,  Juntos haremos historia, Andrés Manuel López Obrador ya lanzó una advertencia que si hay fraude electoral y pierde las elecciones habrá consecuencias en todo el país.

El tabasqueño se reunió el pasado sábado con los banqueros a quienes dejó en claro que si hay trampas el día de la jornada electoral “van a tener que amarrar al tigre” en clara referencia a que sus seguidores podrían manifestarse, lo que para muchos no significó otra cosa que una amenaza velada del morenista y que conllevaría actos de violencia.

AMLO señaló que si las elecciones son limpias, libres y no lo favorecen entonces se irá a su finca La Chingada, localizada en Palenque, Chiapas, pero también aseveró que si le ganan a la mala no será el quien contenga la irritación social. “Yo me voy a Palenque y a ver quién amarra el tigre”. En otras palabras hará lo mismo que Poncio Pilatos en tiempos de Jesucristo.

No es la primera vez que López Obrador se amarra el dedo antes de que se lo corten, ya es parte de su pasado como político de izquierda en sus intentos de llegar al poder, incluso cuando fue jefe de gobierno de la Ciudad de México en que fue sometido a juicio político.

En Tabasco, es por todos conocidos las marchas, plantones y toma de pozos petroleros que encabezó para alegar fraude electoral lo que lo motivó a realizar sendos éxodos por la democracia en 1992 y 1994.

Es una imagen de rijoso que no se ha podido quitar el  originario de Macuspana, incluso que reivindicó en el 2006 cuando se proclamó presidente legítimo luego de cerrar casi dos meses la avenida Reforma y tomar el  zócalo capitalino desquiciando la  capital mexicana derivado de su derrota ante el panista, Felipe Calderón Hinojosa.

Son historias ya contadas y conocidas por todos sobre la forma en que se ha conducido el ahora candidato de Morena. No por nada se le consideró un peligro para México, en ambas elecciones presidenciales que ha participado ha ganado en las encuestas pero ha perdido en las urnas y va por la tercera el próximo 1 de julio. Ya desacreditó al INE, que es el árbitro electoral y ahora ha lanzado la amenaza que si pierde por la vía del fraude electoral no se hará responsable de lo que pase en este país. Esperemos ahora sí se vaya a La Chingada.