Al menos 235 personas murieron el viernes en una mezquita en la volátil región del Sinaí cuando insurgentes detonaron una bomba y abrieron fuego contra los fieles que rezaban en el lugar, reportaron testigos y medios locales, en el peor ataque en la historia moderna de Egipto.
Ningún grupo se adjudicó de inmediato la responsabilidad del hecho. Las fuerzas de seguridad de Egipto combaten contra una red asociada a Estado Islámico en el Sinaí, donde los extremistas han causado la muerte de cientos de policías y soldados desde que se intensificaron los enfrentamientos en los últimos tres años.
La prensa estatal mostró imágenes de víctimas ensangrentadas y cuerpos cubiertos con mantas dentro de la mezquita Al Rawdah en Bir al-Abed.
Los fieles estaban terminando con las oraciones en la mezquita cuando explotó una bomba. Unos 40 hombres armados se posicionaron fuera del lugar en vehículos y abrieron fuego desde diferentes direcciones mientras la gente trataba de escapar, dijeron testigos.
“Le disparaban a la gente que abandonaba la mezquita (…) y también a las ambulancias”, sostuvo un residente cuyos familiares estaban en el lugar.
La Fiscalía dijo en un comunicado que había 235 muertos y 109 heridos.
El atentado contra la mezquita podría marcar un cambio en las tácticas de los militantes del Sinaí, que usualmente atacan soldados, policías e iglesias cristianas.
El presidente Abdel Fattah al Sisi, quien se presenta como un baluarte en la lucha contra la militancia islamista, convocó a una reunión de emergencia poco después del atentado. El gobierno decretó tres días de duelo tras el ataque, según la televisión estatal.
Sisi prometió que el ataque “no quedará impune”.
“Se hará justicia contra todos los que hayan participado, contribuido, respaldado, dado fondos o instigado a este cobarde ataque”, señaló el presidente en un comunicado.
Su par estadounidense, Donald Trump, calificó el hecho en Twitter como un “ataque terrorista horrible y cobarde”. (Reuiters)