Los italianos, que consideran un derecho virtual de nacimiento participar en el Mundial, cayeron en una depresión colectiva el martes, después de que su selección nacional no logró un puesto en la elite del fútbol global por vez primera en 60 años.
“Desastre”, “pesadilla”, “humillación”, fueron solo algunas de las palabras usadas en las portadas de los diarios italianos para describir el impacto causado por la eliminación a manos de la poco glamorosa Suecia el lunes.
“Apocalipsis de la ‘Azzurra’”, rezaba el titular de La Stampa, en referencia al nombre oficioso del equipo, cuya camiseta azul refleja el color del mar Mediterráneo.
Italia ha participado en los últimos 14 Mundiales, ganando dos de ellos. En total, ha levantado el trofeo cuatro veces, cifra solo superada por Brasil, con cinco. Italia es el único excampeón que no se clasificó para el torneo que se disputará el año próximo en Rusia.
“Es indignante, la Copa del Mundo no puede existir sin Italia. No puede existir”, dijo Francesco Macella, un aficionado que acudió al estadio San Siro de Milán para ver cómo su escuadra no lograba pasar de un empate a cero contra Suecia, después de que en la ida de la repesca de la clasificatoria europea perdió por 1-0 en Estocolmo.
Cada cuatro años, Italia se reúne en torno al Mundial, dejando de lado las rivalidades históricas de sus ciudades-estado para convertirse en una nación unida por un breve lapso, animando a todos los jugadores sin importar si proceden de Milán, Roma o Nápoles.
“Hemos fallado y a un nivel social esto podría haber sido muy importante”, afirmó el histórico arquero italiano Gigi Buffon entre lágrimas minutos después del fin del partido, reconociendo la gran importancia que tiene el equipo nacional.
Aunque los periódicos culparon sobre todo al seleccionador, Gian Piero Ventura, y al presidente de la Federación Italiana de Fútbol, Carlo Tavecchio, algunos hinchas creen que el fracaso es un síntoma de mayores problemas. “Este partido es un reflejo de nuestro país, que se está desmoronando”, dijo un decepcionado Stefano Martufello cuando salía de San Siro. (Reuters).