El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó un ataque militar contra sitios nucleares en Irán, específicamente en las instalaciones de Fordow y Natanz, en medio de una creciente tensión entre Irán e Israel.
La ofensiva aérea se habría ejecutado con bombarderos estratégicos B-2, marcando un nuevo y preocupante capítulo en el escenario de seguridad en Medio Oriente.
A través de una publicación en la red social Truth Social, Trump calificó la operación como un “ataque muy exitoso” y añadió que “todos los aviones están a salvo camino a casa”.
Más allá del mensaje de victoria, el anuncio también fue acompañado por una declaración que generó interrogantes a nivel internacional, “Ahora es el momento de la paz”.
El bombardeo, confirmado por fuentes del gobierno estadounidense, se centró en tres instalaciones nucleares clave de Irán. Uno de los blancos fue el centro nuclear de Fordow, ubicado al sur de Teherán y conocido por su alto nivel de protección subterránea. Otro posible objetivo fue la planta de Natanz, un centro estratégico en el desarrollo del programa nuclear iraní.
El ataque fue lanzado luego del despliegue de bombarderos B-2 desde la base aérea en Guam, lo que subraya la planificación anticipada de la operación. Según reportes de Reuters, al menos una unidad de bombarderos participó directamente en la ofensiva.
Aunque no se ha confirmado de forma oficial la participación de fuerzas israelíes en esta última ofensiva, la acción se enmarca en un contexto de escalada militar entre Irán e Israel, que en las últimas semanas ha dejado decenas de muertos y heridos en ambos países.
El ataque de Trump a Irán parece tener un trasfondo estratégico relacionado con la intención de frenar cualquier posibilidad de que el régimen iraní desarrolle armas nucleares. Aunque Teherán ha insistido en que su programa tiene fines exclusivamente pacíficos, tanto Israel como Estados Unidos han expresado históricamente su preocupación por las capacidades nucleares iraníes.
Trump ya había mostrado una postura agresiva hacia Irán durante su mandato presidencial, retirando a Estados Unidos del acuerdo nuclear firmado en 2015 y reinstaurando duras sanciones económicas. Esta nueva acción militar representa una escalada significativa en su política hacia la república islámica.
En otra publicación en sus redes sociales, Trump declaró que «Fordow ha desaparecido«, lo que sugiere que el centro subterráneo pudo haber sido destruido total o parcialmente durante el bombardeo. Sin embargo, no hay confirmación visual ni por parte de organismos internacionales sobre los daños reales provocados por la ofensiva.
La ofensiva aérea liderada por Estados Unidos incrementa la tensión nuclear en Medio Oriente y podría desatar nuevas represalias por parte del gobierno iraní. Hasta el momento, no se han reportado respuestas militares inmediatas por parte de Teherán, pero el ataque ha sido interpretado por varios analistas como una provocación directa.
El conflicto actual entre Irán e Israel, que ya ha derivado en varios episodios de violencia, se vuelve aún más complejo con la intervención directa de Estados Unidos. Organismos internacionales como la ONU y la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) no han emitido declaraciones oficiales, pero se espera que convoquen sesiones de emergencia ante la gravedad del asunto.
Además, este tipo de acciones podrían afectar la estabilidad global del mercado energético, ya que Irán es un actor clave en la producción y exportación de petróleo. Las primeras reacciones en los mercados han mostrado una leve alza en los precios del crudo, ante el temor de un conflicto más amplio.
Con información de Reuters.
