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Los secretos del Rancho Izaguirre: entre el horror y la búsqueda de los desaparecidos

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A simple vista, parece apenas un rancho abandonado en un enorme terreno baldío. Si no fuera por las cintas amarillas que frenan el paso, el lugar no llamaría demasiado la atención de un transeúnte desprevenido. Pero allí donde hay banderitas, también amarillas, había antes restos humanos, prendas y objetos personales que hoy forman parte de las pruebas en una investigación del horror: la que busca determinar si allí, en Rancho Izaguirre, Jalisco, funcionaba lo que organismos de derechos humanos y colectivos han calificado de “campo de entrenamiento y exterminio”.

Los sellos de “inmueble asegurado” y la fuerte presencia policial contrastan con las imágenes de montones de ropa y zapatos gastados que hace unas semanas el colectivo Guerreros Buscadores encontró en esa propiedad, rodeada de montañas y ubicada a unos 65 km de Guadalajara. Un lugar que, para algunos, podría guardar el secreto de desapariciones forzadas, y ocultar bajo la tierra las huellas de un crimen por el que los familiares aún claman justicia.

Madres y padres de desaparecidos llegaron al recorrido organizado este jueves por la Fiscalía General de la República (FGR) y la Fiscalía General de Jalisco, con la esperanza de encontrar algún indicio de que su familiar, a quien buscan desde hace años, estuvo ahí. Sin embargo, las autoridades ya recogieron toda la evidencia como parte de la investigación que realizan.

La Fiscalía del estado de Jalisco dijo en un comunicado que el rancho fue descubierto originalmente en septiembre de 2024 durante una operación realizada por la Guardia Nacional, en la cual se detuvieron a 10 personas, se liberaron a dos personas secuestradas y se encontró a una muerta.

Ahora, la Fiscalía General de la República (FGR), que ha informado que en el sitio se hallaron restos humanos, asumió el caso tras afirmar que hubo errores en la investigación que estaba a cargo de la Fiscalía estatal. El fiscal estatal, Salvador González, dijo en un video publicado en las redes sociales oficiales de la fiscalía que en el expediente “consta que desde el inicio de la actual administración estatal se han llevado a cabo diversos actos de investigación para avanzar en este caso, por lo que hay 10 personas en prisión”.

“Los desaparecidos no se juzgan, se buscan”

“Como madre, como todas sentimos, yo siento que a mi hijo lo trajeron a este lugar. Cuando una persona me dijo que a mi hijo lo habían llevado a un rancho, por eso es que quería venir personalmente a checar las prendas” dijo Ana, quien busca a su hijo Gustavo David Gómez.

Decenas de artículos personales como ropa, zapatos, mochilas, algunas identificaciones y listas con nombres y apodos han conmocionado al país entero, azotado por la violencia del narcotráfico y atravesado por una crisis que suma más de 120.000 personas desaparecidas y no localizadas entre el 31 de diciembre de 1952 y el 21 de marzo de 2025, según cifras oficiales.

Sin embargo, estos objetos no pueden verse más en el lugar. La Fiscalía de Jalisco ha publicado un inventario de los artículos que se encontraron en el rancho. La mayoría han sido fotografiados junto a un número de indicio y clasificados por tipo de prenda: “Pantalón negro marca Paper Mint de mezclilla, talla 32”. La lista ya acumula más de 1.500 objetos y las autoridades la actualizan conforme recogen y clasifican la evidencia.

La crisis de desaparecidos en México se agudizó después de 2006, cuando el entonces presidente Felipe Calderón declaró la guerra a los cárteles de la droga. Jalisco ocupa el primer lugar con más de 15.000 desaparecidos.

Otra de las mujeres que estuvo presente durante el recorrido busca a su esposo Juan José Ramos desde hace 6 años y 20 días, y dijo sentir “mucho coraje, mucha impotencia, mucho dolor”.

“Ya no queremos más lugares como este, pero no nos voltea a ver el Gobierno, no nos voltea a ver la sociedad, no nos voltea a ver nadie, solamente los que pasamos por esto”, aseguró.

Tras el hallazgo, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, firmó un decreto para fortalecer la capacidad y operación de la Comisión Nacional de Búsqueda, un organismo que depende del Gobierno y que fue creado en 2017 durante el mandato de Andrés Manuel López Obrador para coordinar acciones.

“Hay una ley de desaparecidos y muchos la desconocen y esa ley está basada en todo lo que nosotros necesitamos. Y nadie la conoce, nadie la lee porque saben que tenemos muchos derechos y no los quieren hacer cumplir. Entre ellos no tienen que revictimizarnos, siempre dicen que todos los desaparecidos han sido delincuentes. Los desaparecidos no se juzgan, se buscan”, dijo esta madre buscadora sobre las medidas que anunció Sheinbaum.

El hallazgo del predio en Teuchitlán llevó a la reacción del legislador republicano Riley M. Moore, quien aseguró que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, “tuvo razón” al designar a los cárteles de drogas mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras.

“Un secreto a voces” para los buscadores

 

Detrás del portón de hierro negro que lleva el nombre de “Izaguirre Ranch”, hoy con sellos de “inmueble asegurado”, CNN pudo observar un terreno prácticamente abierto con apenas una edificación de dos pisos con ventanas donde todavía pueden verse marcas de balazos y que, supuestamente, funcionaba como dormitorio.

En la propiedad, rodeada de muros de concreto y alambres de púas, hay también una estructura de cemento que resguarda los baños, una cocina y una bodega lúgubre y fría, donde se presume se hacían labores de adiestramiento. Aquí podrían haber estado alguna vez personas que habrían sido reclutadas por el crimen organizado.

En el amplio terreno hay montículos de tierra y hoyos donde según las denuncias se encontraba la fosa clandestina en la que el colectivo dice que halló restos humanos calcinados. Las autoridades han marcado la zona con banderas rojas y amarillas que señalan la evidencia hallada.

Padres buscadores como Raúl Servín, quien forma parte del colectivo Guerreros Buscadores y encontró el predio aún con pertenencias y restos humanos calcinados, asegura que el 5 de marzo descubrieron la existencia de al menos tres hornos crematorios en los que encontraron los restos ocultos en una plancha de ladrillo y tierra. La Fiscalía de Jalisco dijo que se descartó la existencia de hornos, pero se documentaron diversas estructuras en el predio.

Indira Navarro, representante de Guerreros Buscadores, dijo previamente a CNN que la existencia de “centros de reclutamiento forzado y exterminio” era “un secreto a voces”, pero que nunca habían visto uno hasta el 5 de marzo, cuando el grupo logró entrar al rancho ubicado cerca de Teuchitlán tras enterarse por una llamada anónima.

Los familiares recorren el predio con la mirada fija en el terreno, indagan en imágenes de montones de ropa abandonada, en los objetos que alguna vez pertenecieron a alguien. Buscan respuestas en cada zapato, en cada pedazo de tela; respuestas que el tiempo y la violencia no han podido dar. Están ahí porque la esperanza no la pierden, porque necesitan saber si, entre esos vestigios del horror, hay algo que les diga que su ser querido estuvo ahí. En el Rancho Izaguirre esperan, por fin, que las respuestas dejen de ser un secreto. (CNN).