México se mantiene entre los países con mayores niveles de impunidad a nivel global, de acuerdo con el Índice Global de Impunidad (IGI) 2024, elaborado por la Universidad de las Américas Puebla (UDLAP). En el informe, el país se ubica en la posición 80 de un total de 94 naciones evaluadas, en un nivel similar al de Rusia, Honduras, Uganda, Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Haití.
Aunque en la edición anterior del estudio, realizada en 2020, México figuraba entre los 10 países con mayor impunidad, su descenso en el ranking no se debe a una mejora en su sistema de justicia, sino a la inclusión de más países en la muestra.
“En la edición IGI 2020 México se encontraba entre los 10 países con peor desempeño, el lugar 60 de 69 casos estudiados, y el cambio de posición es resultado de la incorporación de más países a la muestra, antes que de una mejora en el desempeño de los sistemas de seguridad, justicia y derechos humanos”, señala el informe.
Los académicos Juan Antonio Le Clercq y Azucena Cháidez, responsables del estudio, advierten que la impunidad en México sigue siendo extremadamente alta, afectando el diseño y la operación de los sistemas de seguridad, justicia y derechos humanos.
El IGI 2024 identifica múltiples factores políticos, institucionales y sociales que contribuyen a la alta impunidad en el país. No obstante, el análisis subraya que la falta de capacidades institucionales es el principal obstáculo para mejorar el desempeño de los sistemas de seguridad y justicia.
“Sin la existencia de capacidades institucionales suficientes –como, por ejemplo, recursos presupuestales, operadores capacitados e instrumentos efectivos de política pública– no es posible garantizar condiciones de seguridad, acceso a la justicia y respeto a los derechos humanos”, apunta el informe.
Además, el estudio advierte sobre una creciente tendencia a la impunidad estadística, es decir, la falta de datos confiables y actualizados en materia de seguridad, justicia y derechos humanos. Esto, según los investigadores, se debe a la falta de voluntad política para generar información estadística precisa, lo que impide diseñar políticas públicas basadas en evidencia.
El estudio revela que México obtiene un puntaje negativo de 46.19 en el índice, lo que lo coloca por encima del promedio global (31.64) y del promedio de los países de América (36.89).
El país muestra resultados negativos en cada una de las dimensiones analizadas, lo que indica que la impunidad es un problema sistémico. “Los muy altos niveles de impunidad de México son resultado de un mal desempeño en prácticamente todas las variables”, señala el documento.
El Índice Global de Impunidad se basa en el análisis de la cadena de impunidad, que examina cada eslabón del proceso penal, desde la comisión del delito hasta la sentencia o reparación a las víctimas. Para ello, se estudian las condiciones estructurales y operativas de los sistemas de seguridad, justicia penal y penitenciario, así como la situación de los derechos humanos en cada país.
Entre los indicadores de la dimensión estructural se consideran el número de reclusos en relación con la capacidad penitenciaria, la cantidad de personas detenidas sin sentencia y el número de desplazados internos por violencia. En la dimensión funcional, se analizan el número de policías por cada 1,000 habitantes, el número de jueces y las restricciones judiciales al poder Ejecutivo. En años recientes, se ha incorporado el análisis de leyes que protegen a las mujeres de la violencia de género. El informe de la UDLAP confirma que la impunidad en México sigue siendo un problema estructural que afecta la seguridad y los derechos humanos. Sin cambios en la capacidad de las instituciones encargadas de la procuración y administración de justicia, el país continuará enfrentando dificultades para reducir los niveles de violencia y garantizar el Estado de derecho. (Mas/IA).
