«Impondremos todo el poder de las fuerzas del orden federales: ICE, Patrulla Fronteriza… la DEA, el FBI. Eliminaremos a las bandas de migrantes y criminales que están matando y violando a nuestros ciudadanos. ¡Vamos a echarlos!».
Con esta declaración, Trump revive una iniciativa que ya había barajado durante su anterior mandato (2017-2021), pero que archivó a pedido del entonces Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien aceptó cooperar en seguridad aunque rechazó una posible intervención militar estadounidense en su territorio.
«Fui muy duro con México, hablé con la nueva Presidenta, una mujer encantadora y maravillosa. Le dije que no puede hacerle esto a nuestro país, que no lo vamos a tolerar más, que no puede hacerlo. Le he informado a México que esto simplemente no puede continuar, que no lo vamos a permitir», declaró.
Sheinbaum rechaza la posibilidad de que las mafias mexicanas sean designadas como terroristas bajo el mismo argumento de López Obrador, de evitar una incursión extranjera que atente contra la soberanía del país, una postura que reiteró este domingo durante una visita al estado de Sinaloa (noroeste), que sufre una escalada de violencia criminal desde septiembre.
«Nosotros colaboramos, coordinamos, trabajamos juntos, pero nunca nos vamos a subordinar. México es un país libre, soberano, independiente y no aceptamos injerencismos en nuestro país», dijo Sheinbaum, entre aplausos, durante un acto público.
Trump reiteró que una vez que regrese a la Casa Blanca en enero firmará una orden ejecutiva para cerrar las fronteras del país a los migrantes indocumentados e iniciará el mayor plan de deportación de extranjeros en la historia de Estados Unidos.
Insistió en que la deportación servirá para expulsar a miembros de pandillas y mafias extranjeras que, según dice, han ingresado a Estados Unidos debido a la política migratoria del saliente Gobierno de Joe Biden.
«Cada pandilla extranjera y extranjero ilegal, toda esta red criminal que opera en suelo estadounidense será desmantelada, deportada y destruida», afirmó.
En cuanto a su promesa de deportaciones masivas, reiteró que estas comenzarán en su primer día en el cargo.
«En mi primer día de regreso en la Oficina Oval firmaré una serie histórica de órdenes ejecutivas para cerrar nuestra frontera a los migrantes ilegales y detener la invasión de nuestro país. Ese mismo día comenzaremos la operación de deportación más grande en la historia de Estados Unidos, más grande incluso que la del Presidente Dwight D. Eisenhower», enfatizó. (Reforma).