Testigo fiel
Por: Jesús Torres
Sheinbaum, cada vez más acotada
Claudia Sheinbaum no sólo llegó a la presidencia de la república sin el control de diputados federales y senadores que le impuso López Obrador, sino que tampoco podrá ejercer algún tipo de influencia como primera jefa política en Morena, partido que la llevó al poder.
Su antecesor el tabasqueño, la tiene copada por todos lados, incluso hasta en el gabinete, mayormente identificado con el obradorato proveniente del sexenio pasado.
Aunque Sheinbaum anunció que ponía en pausa su militancia, ya se veía venir que con la llegada de Andrés Manuel López Beltrán a la Secretaría de Organización de Morena, quien seguiría mandando en el guinda es el mismísimo originario de Macuspana.
Con el aval del INE a las reformas a los estatutos del partido oficial el vástago de AMLO tendrá el control absoluto del instituto político creado por su padre en el 2014.
Desde la Secretaría de Organización, López Beltrán manejará la afiliación, credencialialización, actualización y resguardo del padrón de militantes, conocido como el Padrón Nacional de Protagonistas del Cambio Verdadero.
También podrá planear y ejecutar la estrategia electoral y de movilización del partido en todos los niveles, convirtiendo a la Secretaría de Organización en un eje estratégico de Morena.
López Beltrán, durante el gobierno de López Obrador figuró como parte de un Clan, junto con sus hermanos, ligados a una red de empresarios y funcionarios de la 4T, que de acuerdo con Latinus, se convirtieron en una ‘bola de nieve de corrupción y tráfico de influencias’, beneficiados con las obras insigne del tabasqueño y el abasto de medicamentos.
Tras su designación en Morena como secretario de Organización y con las reformas avaladas por el INE no sólo tendrá el control de 2 millones de militantes, que pretende expandir a los 10 millones, sino que desde ahí junto con su padre, serán los artífices en la designación de candidatos a diversos cargos de elección popular en el 2027 y 2030.
Con el partido en poder de los López, queda fuera de toda influencia la presidenta quien cumple a pies juntillas lo ordenado por su antecesor antes de irse.
Prueba de ello, la reeleción de Rosario Piedra Ibarra en la CNDH, la destrucción del Poder Judicial y la extinción de siete organismos autónomos, entre ellos el de Transparencia, así como la designación de mayores recursos a las mega obras inconclusas del obradorato.
Por eso el mote de ‘vicepresidenta’ y de estar dirigida por el ex inquilino de Palacio Nacional desde la hacienda de Palenque.
Sin controles ahora en Morena, Sheinbaum se va viendo cada vez más acotada a sólo dos meses del arranque de su mandato.
