Fue un partido que México pudo jugar sin portero y en el que Oribe Peralta se quedó corto al marcar un «Hat-trick».
La Selección Mexicana debutó en Copa Oro con un aplastante 6-0 que era urgente para romper la pésima inercia desde antes de Copa América, donde acudió con otro plantel pero la afición era la misma.
Ésta por fin disfrutó un resultado a la altura de las expectativas. Porque lo esperado no era la victoria sino la goleada, que llegó porque no había rival ni circunstancias más «ad hoc».
Cuba apenas tuvo cinco jugadores en la banca, su entrenador no llegó junto a otros seis jóvenes por falta de visa, además de la ausencia de un desertor. Todo ello jugó en contra de su natural ingenuidad futbolística, producto de un balompié con Liga amateur.
Ni siquiera tuvo malicia como para ensuciar el partido y por eso al minuto 17 el 0-0 parecía heroico, pues habían aguantado varios embates mexicanos, hasta que Oribe fulminó para el primero.
A partir de ahí, el cuadro azteca se dio todos los lujos posibles. Después del 2-0 de Carlos Vela al 22’ y el 3-0 de Oribe al 36’, Andrés Guardado marcó el cuarto de cabeza al final del primer tiempo, cuando lo suyo no es presumir estatura.
Peralta marcó tres pero falló otras seis ocasiones claras, una de ellas al poste, a donde Vela también envió un disparo. Además, Cuba de milagro no se marcó dos autogoles.
En el complemento, el «Piojo»0 pudo insistir con un tridente al sacar a Jonathan Dos Santos de la contención y enviar a su hermano Giovani al frente, donde incluso Vela le festejó con abrazo sarcástico un gol anulado por fuera de lugar.
Pero su gol de todos modos llegó al 75’, que celebró como Cristiano Ronaldo, aunque antes Oribe anotó su tercero al 61’, cuando en la cancha ya estaban Carlos Esquivel y el «Tecatito» Corona, dos emergentes como lo fue Antonio Ríos desde el minuto 1 por la lesión del «Gallito» Vázquez en el calentamiento.
Sin tensión en la grada, el público que casi llenó Soldier Field se entretuvo con la ola, coreó recordatorios maternales a Donald Trump, además de que casi la mitad salió del estadio antes del final del partido.
Con tiempo para leer un libro, Guillermo Ochoa tocó la pelota mucho menos veces en comparación con los goles de sus compañeros, síntoma de un partido que le vale a México para ser líder del Grupo C luego del triunfo de 3-1 de Trinidad y Tobago en el primer juego de la doble cartelera. Fuente: CNN