No conforme con alcanzar altos niveles de beneficios de la actual Secretaría General del STPRM sección 44, Kika Torres no tiene como llenar sus ansiedades de ambición personal y económica.
Ha logrado casa residencial en zona exclusiva del Country, Villa del Jaguar; jugosos préstamos sindicales por el orden de los 200 mil pesos, becas escolares con viajes a Cancún, y bajo traiciones a tres de sus compañeras de trabajo un fraude millonario.
Ahora cambia de camiseta y con la planilla blanca de Karla Limón Toledo, busca apropiarse de la Tesorería para el periodo 2025-2027.
Erika ha decidido traicionar la confianza y «moder la mano» de quien la benefició por años en el gremio sindical, y ha iniciado a bociferar trabajará con «transparencia».