El papa Francisco celebró este lunes una misa multitudinaria en la ciudad de Guayaquil en Ecuador. En su segundo día en ese país, el pontífice se reunió con los feligreses de la Iglesia católica en el Parque Samanes.
El papa fue recibido en el aeropuerto de Guayaquil después de un vuelo de 35 minutos desde la capital Quito. Tras trasladarse al lugar donde tendrá lugar la primera misa en un país de habla hispana, Francisco abordó el papa móvil para recorrer las calles abiertas del parque y saludar a los cientos de miles de feligreses que se congregaron para escuchar la misa.
Miles de peregrinos acamparon en Guayaquil para asegurar su lugar y poder ver al papa. Los organizadores estiman más de un millón de personas en esa misa, la primera que presidió el Pontífice en su gira por Latinoamérica.
Durante la ceremonia religiosa donde se leyó el pasaje de las bodas de Caná, el papa compartió una historia personal con los fieles.
«Recuerdo que una vez a mi mamá le preguntaron cuál de sus cinco hijos quería más. Ella dijo: como los dedos, si me pinchan este (dijo señalando uno de los dedos de su mano), me duele lo mismo que si me pinchan este (afirmó mientras señalaba otro). Una madre quiere a sus hijos como son. Y en una familia los hermanos se quieren como son, nadie es descartado. En la familia se aprende a permiso sin avasallar, a decir gracias como una sentida valoración de las cosas que recibimos», dijo Francisco.
Las palabras del pontífice fueron interrumpidas en varias ocasiones por los aplausos de los feligreses.
«Experimentando el amor de los padres sentimos el amor de Dios», añadió. «La familia es la gran riqueza social que otras instituciones no pueden sustituir», agregó el pontífice. Fuente: CNN