Dos coches bomba y un suicida con explosivos mataron al menos a 35 personas en Bagdad y en una ciudad del oeste de Irak el martes, y dejaron más de 100 heridos, en ataques dirigidos contra la gran cantidad de gente que puebla las calles en horas de la noche durante el mes sagrado de Ramadán.
Estado Islámico, el grupo suní de línea dura que controla partes de Irak y Siria, se adjudicó la responsabilidad de los tres ataques en comunicados publicados por su agencia de noticias, Amaq.
Un automóvil repleto de explosivos estalló cerca de una popular heladería en el distrito comercial de Karrada, provocando la muerte de al menos 13 personas e hiriendo a 40 justo antes de la medianoche del martes (las 2100 GMT del lunes).
Unas pocas horas más tarde, la explosión de una segunda bomba dejó 10 muertos y 44 heridos cerca de una oficina gubernamental en el distrito de Karkh.
Y cerca de la noche del martes, un hombre detonó un cinturón con explosivos en un puesto de control militar en una calle comercial de Hit, una ciudad de mayoría suní al oeste de Bagdad, provocando 12 muertes -entre ellas las de 7 militares- y heridas al menos a 24 personas.
Durante el Ramadán, muchos musulmanes se quedan despiertos hasta la madrugada porque salen para pasar tiempo con sus familias, realizar compras y comer antes de que amanezca y comience el ayuno del día siguiente.
Estado Islámico ha estado en retirada de Irak desde fines de 2015, al ser repelidos por fuerzas gubernamentales respaldadas por Estados Unidos y grupos paramilitares chiíes apoyados por Irán.
Ahora, el grupo yihadista se encuentra sitiado en un enclave en la ciudad de Mosul, en el norte del país, que ha usado como su capital de facto de Irak. Estado Islámico declaró desde Mosul un «califato» en partes de Siria e Irak en 2014. (Reuters).