El reconocido periodista mexicano Javier Valdez fue asesinado el lunes en el norteño estado Sinaloa, actualmente escenario de luchas internas dentro del cártel homónimo que dirigía el capo Joaquín «El Chapo» Guzmán, así como con otros cárteles rivales.
El periódico digital Rio Doce, del cual fue fundador, dijo en su página de internet que Valdez conducía por una avenida de la capital del estado, Culiacán, cuando fue interceptado por unos sujetos que le dispararon.
Con Valdez son cinco los periodistas asesinados en México en lo que va del año, en medio de una escalada de la violencia asociada a los cárteles del narcotráfico, de los más poderosos del mundo que luchan por las rutas de la droga hacia Estados Unidos y han infiltrado a las autoridades.
El cuerpo de Valdez, quien usaba frecuentemente un sombrero de paja, quedó tirado en medio de la calle y fue cubierto por una sábana azul clara, mostraron medios locales. En el lugar fueron hallados 12 casquillos de pistolas, dijo a Reuters un funcionario de la fiscalía estatal.
Valdez era un periodista muy prestigioso y premiado que escribía sobre todo del narcotráfico en Sinaloa. Recientemente había publicado un libro, «Narcoperiodismo», donde narraba el drama de los periodistas que no se callaban ante el narco y de cómo éste había infiltrado a los medios.
El presidente mexicano Enrique Peña Nieto dijo en su cuenta de Twitter que ordenó a la fiscalía especial para periodistas apoyar a las autoridades locales para esclarecer el crimen.
Desde el 2000 a 2017, 105 comunicadores han sido asesinados en México. El año pasado fue el más violento con 11 homicidios, según cifras ajustadas de la organización Artículo 19, que trabaja en la protección de periodistas.
La embajadora de Estados Unidos en México, Roberta Jacobson, también publicó un tuit rechazando el crimen: «Condenamos el asesinato de Javier Valdez, fundador de Río Doce. Quinto periodista asesinado en 2017, sexto en Sinaloa desde el 2000», dijo.
REPORTEANDO CON MIEDO
El fiscal del estado, Juan José Ríos, dijo en el lugar del crimen que no tenía registros de que Valdez hubiera recibido amenazas previas y prometió un protocolo especial para proteger a los periodistas, mientras muchos de ellos le gritaban sobre qué garantías tenían para seguir trabajando.
«Los momentos que está viviendo el país y Sinaloa también nos conminan (…) a generar la atención debida que tenemos desde la perspectiva de nuestra competencia generar las investigaciones para resolver este tipo de casos», dijo.
Valdez había dicho en varias entrevistas que en Sinaloa se hacía periodismo «con una mano en el culo», evidenciando el miedo permanente con el que se desempeñan en especial los reporteros de crónica roja.
También decía que las autoridades culpaban al narco de cualquier crimen cuando muchas veces los responsables podían ser políticos o funcionarios.
México es considerado uno de los países más letales para los periodistas por organizaciones como Reporteros sin Fronteras y el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ).
Jan-Albert Hootsen, del CPJ, dijo a Reuters que el crimen de Valdez «es un ataque al periodismo independiente no sólo en Sinaloa, sino en todo México».
«La situación de seguridad en Sinaloa es grave, y su asesinato constituye una clara señal de que los periodistas necesitan protección en regiones donde hay mucha violencia y el crimen organizado tiene una fuerte presencia», agregó. (Reuters).