Cientos de abuelos marchaban el viernes en Caracas para sumarse a las protestas en contra del presidente Nicolás Maduro y, como ha sucedido casi a diario desde hace mes y medio en distintos tipos de manifestaciones opositoras, las fuerzas de seguridad intentaron frenar su paso con muros de metal.
El nutrido grupo de personas de la tercera edad consiguió avanzar inicialmente, después de que algunos lanzaran empujones y puños a funcionarios policiales cuando intentaron impedir con sus escudos y gas pimienta el avance de la movilización que tiene como destino el centro de Caracas. Unas cuadras más adelante, frenaron su paso.
«Respeten a los viejos», gritaban los manifestantes mientras forcejeaban con los policías para que dejaran avanzar a la marcha, encabezada en primera línea por una persona en silla de ruedas, una religiosa y un señor disfrazado de San Nicolás.
En medio de la más reciente ola de movilizaciones, en contra de lo que la oposición considera un gobierno dictatorial que ha irrespetado los derechos humanos, se han registrado hechos violentos que han dejado 38 personas fallecidas.
Los abuelos reclaman las muertes de jóvenes en medio de las protestas que han sido fuertemente y violentamente dispersadas por los organismos de seguridad; y cuestionan la severa escasez de medicinas y comida que padecen bajo la prolongada recesión económica del país petrolero.
«Yo nací en dictadura, me crié en democracia y ahora vivo otra vez en dictadura», dijo Carlos Torres, un jubilado de 69 años que se sumó a la protesta que busca llegar a la sede de la Defensoría del Pueblo.
Mientras que en el centro de Caracas, otro grupo de ancianos comenzaba a concentrarse para iniciar una movilización en apoyo al presidente Maduro.
La oposición exige desde principios de marzo que otros miembros del Poder Moral -a donde pertenece la Defensoría- se pronuncien en contra de la actuación de los magistrados del máximo tribunal, que dictaron dos polémicas sentencias para atribuirse las funciones del Parlamento. La Fiscal General ya cuestionó abiertamente esa medida.
El líder opositor y dos veces candidato presidencial Henrique Capriles logró disuadir a los ancianos para que se retiraran en horas del mediodía.
«Vamos a retirar a los abuelos, no voy a permitir que los humillen, son nuestra fuerza moral», dijo el también gobernador del central estado Miranda, abrazando a uno de ellos.
APOYO A MADURO
En otras ciudades del país, los adultos mayores de oposición sí pudieron culminar las protestas en las sedes de la defensoría de los derechos humanos, como ocurrió en la fronteriza San Cristóbal y al sur en Ciudad Bolívar.
Mientras, en el centro de Caracas, otro grupo menos numeroso de ancianos se concentraba en apoyo a Maduro cerca del palacio presidencial de Miraflores.
«En esas marchas de la oposición son pura matazón. Se matan entre ellos mismos», criticó Nelia de López, una funcionaria pública de 65 años quien, con un tatuaje del fallecido líder Hugo Chávez en el brazo, aguardaba por la llegada de Maduro a la movilización.
La oposición exige desde principios de marzo que otros miembros del Poder Moral -a donde pertenece la Defensoría- se pronuncien en contra de la actuación de los magistrados del máximo tribunal, que dictaron dos polémicas sentencias para atribuirse las funciones del Parlamento. La Fiscal General ya cuestionó abiertamente esa medida.
La Asamblea Nacional, controlada por críticos de Maduro, podría iniciar un proceso para destituir a una parte importante de los magistrados por haber bloqueado su actuación. Para eso, debe recibir el apoyo de dos de los tres miembros del Poder Moral.(Reuters).