Testigo fiel
Por: Jesús Torres
Magnicidio de Ecuador, llamado a tiempo
El asesinato del candidato presidencial de Ecuador, Fernando Villavicencio Valencia debería ser un llamado a tiempo para México derivado del clima de confrontación, violencia y radicalización política que se vive.
El magnicidio del aspirante presidencial ecuatoriano se dio a once días de celebrarse las elecciones en aquel país y de haber recibido amenazas de grupos criminales ligados a cárteles mexicanos.
México no ha sido ajeno a este tipo de hechos violentos despúes de que en 1994 fuera abatido a balazos el abanderado presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio Murrieta.
De hecho, no han faltado voces que, reiteradamente han pedido al inquilino de Palacio Nacional, Andrés Manuel López Obrador, dejar de un lado el discurso de odio y ataques a quienes son opositores a su gobierno.
Como se le ha visto insistentemente contra la aspirante a la candidatura presidencial del Frente Amplio por México, Xóchitl Gálvez quien ha denunciado violencia política y se ha visto obligada a solicitar seguridad ante un eventual atentado a su persona.
Y no es para menos, México está considerado uno de los paises más violentos del mundo por los altos índices de criminalidad en lo que va del sexenio de López Obrador.
El reporte más reciente da cuenta de 162 mil 853 homicidios dolosos, incluidos feminicidios, asesinatos de periodistas y defensores de los derechos humanos así como políticos y servidores públicos.
A raíz de lo ocurrido en Ecuador, algunos actores políticos, incluidos de Morena, ya están llamando a todos bajarle varias “rayitas” a la creciente polarización preelectoral que vive el país.
Alejandro Rojas Díaz Durán, consejero político de Morena, y uno de los principales críticos al interior de este partido, advierte que los climas políticos enrarecidos son el campo fértil para un magnicidio político, que de darse sería la chispa para acceder a un infierno violento cuyo desenlace sería sumamente trágico para México.
En ese escenario, dijo, no habría vencedores ni vencidos. Todos perderíamos.
Por eso el llamado a tiempo del morenista a actuar con responsbailidad, respeto y tolerancia con todos y desde el poder, gobernar con visión de Estado, no de partido.
¿Lo entenderán López Obrador y su partido Morena o seguirán apostándole a la confrontación? Ahí está el detalle.