Testigo fiel
Por: Jesús Torres
Adán, le falló a AMLO
El secretario de gobernación, Adán Augusto López Hernández se quedó con las ganas de tener doble celebración el día de su cumpleaños número 59.
El principal operador político de López Obrador ante el Senado de la República no pudo concretar que Morena y sus aliados aprobaran la participación del Ejército en tareas de seguridad hasta el 2028.
El alto funcionario, originario de Paraíso, y aspirante presidencial le quedó mal a su paisano y ‘hermano’, el inquilino de Palacio Nacional, con lo que, seguramente sus bonos, se fueron para abajo.
Previo a la sesión en el Senado, el pasado 21 de septiembre para la aprobación de la enmienda al artículo quinto transitorio del decreto del 26 de marzo de 2019, el secretario de gobernación fue visto en un hotel operando para ‘convencer’ a legisladores de oposición para que votaran a favor del dictamen, según trascendió en redes sociales.
Sin embargo, los representantes de su partido no lograron la mayoría calificada en el pleno y para no votar la propuesta se regresó a comisiones.
Ante el fracaso del principal brazo político de AMLO, a quienes sus huestes ya daban por hecho este logro para catapultarlo en las encuestas, vino la contrapropuesta del originario de Macuspana: preguntar al pueblo si quieren que las fuerzas armadas sigan interviniendo en cuestiones de seguridad.
Sólo que una consulta en este caso no puede suplantar lo que establece el artículo 35 Constitucional que a la letra dice: “No podrán ser objeto de consulta popular la seguridad nacional y la organización, funcionamiento y disciplina de la Fuerza Armada permanente”.
No es la primera vez que Adán López le queda a deber a López Obrador.
El responsable de la política interna del país ha fallado en las tareas de pacificación en un México violento y ha propiciado un clima de crispación con las diferentes fuerzas políticas.
Su papel de mediador en los principales conflictos políticos y sociales prácticamente se ha visto empañado por dar preferencia a sus aspiraciones rumbo al 2024, aunque para ello viole leyes electorales y se desvíen recursos del erario en actos de promoción y campaña anticipada como oportunamente ha denunciado la oposición.
Con esos negativos en su contra, no se dudaría que el secretario de gobernación termine coordinando la campaña de la ‘corcholata’ favorita de López Obrador, la actual jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, o de plano regrese a su estado a terminar el último año de gobierno. El tiempo lo dirá.