Pese a que 24 millones de italianos viven en una zona de riesgo sísmico, Italia -el país más afectado en Europa por sismos en los últimos 50 años-, carece de una política o una cultura de prevención en la materia, según el gobierno.
“Hay que mejorar la cultura de la prevención (…) No basta con demostrar que se está en la vanguardia de la emergencia”, reconoció el primer ministro de Italia, Matteo Renzi, al decretar la víspera el estado de emergencia ante los daños causados por el sismo del pasado miércoles.
“Creo que Italia debe tener no sólo una visión de emergencia (…) debemos probar todos juntos a dar un salto de calidad con un proyecto que no sólo sea limitado a la emergencia”, insistió Renzi en referencia a un proyecto gubernamental denominado “Casa Italia”.
De acuerdo con datos de los institutos públicos italianos especializados, 70 por ciento de los edificios en Italia no respeta las normas antisísmicas más elementales.
Un 75 por ciento de los hospitales del país tampoco estaría listo para soportar un sismo, como ocurrió en Ametrice, el poblado más afectado por el movimiento telúrico del miércoles, cuyo hospital está fuera de servicio y con sus paredes resquebrajadas.
Según estimaciones, Italia necesitaría gastar más de 50 mil millones de dólares para adecuar sus edificios públicos a la situación de riesgo sísmico y 100 mil millones para reforzar la estructura de las viviendas privadas.
“La cultura de la prevención siempre se olvida después de los sismos”, indicó el tercer canal de la televisora pública RAI, al destacar la paradoja de que Italia sea un país que exporta tecnologías antisísmicas.
El sismo de esta semana confirma la falta de inversiones en prevención de riesgos sísmicos, según expertos, que tomaron en consideración el alto balance de víctimas y destrozos materiales en los tres municipios más afectados.
De acuerdo con el más reciente balance de las autoridades, a 278 se elevó el número de muertos y a 388 la cifra de heridos, tras el sismo de 6.2 grados Richter que la madrugada del pasado miércoles afectó a poblados montañosos del centro de Italia.
Asimismo, el movimiento telúrico de esta semana se produjo a siete años del fuerte temblor en L’Aquila, un municipio ubicado a tan sólo 60 kilómetros de Ametrice.
Pese a que en L’Aquila murieron más de 300 personas, las autoridades no tomaron después del sismo de 2009 medidas para proteger a la zona, considerada una de las más sísmicas de Italia.
Algunos edificios, como una escuela y un campanario, recibieron ayudas públicas para aplicar normas antisísmicas, pero ambos, ubicados en Accumoli y en Ametrice, dos de los municipios más afectados por el reciente sismo, se desplomaron el miércoles.
Un fiscal de la central provincia de Rieti, donde se encuentran los dos municipios, abrió la víspera una investigación para determinar si los recursos fueron empleados adecuadamente o no para garantizar la protección de los dos edificios.