Testigo fiel
Por: Jesús Torres
Desaire en medio de la emergencia
Primero fueron las inundaciones en Ecatepec y Tula, Hidalgo, después el terremoto de magnitud 7.1 y para no variar el desgajamiento en el Cerro del Chiquihuite.
Sin duda una semana complicada para quienes padecieron del embate de la naturaleza, pero también porque en medio de la desgracia, la solidaridad del inquilino de Palacio Nacional fue la más ausente.
En vez de acudir al lugar de la tragedia, el fin de semana AMLO viajó a Sinaloa y después a Nayarit. En Culiacán anunció que el gobernador priista, Quirino Ordaz Coppel se integraría a su gabinete como embajador de México en España.
Para López Obrador, la semana que pasó fue la más difícil para la protección civil, derivado de los fenómenos naturales.
Por supuesto, no se refirió a quienes lo perdieron todo, sino a los elementos del Ejército Mexicano que tuvieron que aplicar el Plan DN-III, a la Marina y los gobiernos estatales y municipales.
“Pero así es la naturaleza, tiene esa fuerza que a veces destruye, pero también nos da la vida”, alcanzó a decir el tabasqueño al referirse a tan lamentables sucesos en varios estados de la república.
No es la primera vez que AMLO desaira a quienes padecen emergencias por catástrofes naturales o tragedias como la ocurrida en la Línea 12 del Metro.
Ya lo ha hecho incluso en su propia tierra, con sus paisanos, cuando decidió inundar a los indígenas chontales, a los más pobres, debido a la extracción de la presa Peñitas.
El originario de Macuspana sólo realizó un sobrevuelo por las zonas afectadas del territorio tabasqueño pero nunca bajó al lugar de la desgracia.
La semana que pasó, a AMLO nunca se le vio en Tula, Hidalgo donde las inundaciones dejaron un saldo de 17 muertos y 31 mil afectados.
O en Ecatepec, estado de México, que por las lluvias, hubo dos muertos y más de 100 mil personas sufrieron daños.
Tampoco acudió a Guerrero después de que el sismo de 7.1 causará la muerte de dos personas y más de mil inmuebles dañados.
Lo mismo ocurrió tras el derrumbe en el Cerro del Chiquihuite, donde por cierto continúa la búsqueda de personas desaparecidas.
Qué fácil le ha resultado a Andrés Manuel gobernar desde la comodidad de Palacio Nacional.