Testigo fiel
Por: Jesús Torres
A mitad del camino
Este miércoles 1 de septiembre, Andrés Manuel López Obrador rendirá cuentas del estado que guarda la administración pública federal a casi tres años de gobierno.
¿Habrá algo de lo que podrá sentirse satisfecho AMLO a la mitad del camino? No lo creo.
Hasta ahora, lamentablemente la realidad ha superado el discurso del inquilino de Palacio Nacional por más que insista en cada mañanera que él tiene otros datos.
¿Reconocerá que su gobierno lleva perdida la batalla contra la delincuencia?
Porque hasta el cierre del mes de agosto se tenía un acumulado de 98 mil 431 homicidios dolosos en 34 meses de gobierno.
Muy por encima de sus antecesores, en el mismo periodo, como Enrique Peña Nieto (60 mil 343), Felipe Calderón (37 mil 906), Vicente Fox (39 mil 742), Ernesto Zedillo (41 mil 431), y Carlos Salinas (25 mil 860).
Y si en seguridad el pregonero de la llamada 4T ha reprobado, en salud este gobierno está peor de lo que se esperaba.
Desde el inicio de la pandemia en marzo de 2020, en México han muerto más de 500 mil personas, aunque cifras oficiales sólo reconozcan poco más de 259 mil hasta ayer.
Y lo que es peor, en medio de la tercera ola de contagios por Covid y con una población que no se ha vacunado cien por ciento, López Obrador casi a ‘chaleco’ decide, en un error más de su administración, abrir las escuelas con el inicio del nuevo ciclo escolar.
Esto, a pesar que en el país, de acuerdo con reportes de la propia Secretaria de Salud han contraído el mortal virus 60 mil 929 niños y adolescentes, de los cuales 613 han fallecido.
En lo económico, AMLO sigue quedando a deber a los mexicanos que han perdido sus negocios o fuentes de trabajo por la pandemia, sino también a los afectados por fenómenos meteorológicos.
Y eso no es nada si se le compara con los más de 10 millones de pobres que ha sumado la Cuarta Transformación en estos casi tres años de gobierno y que echa por tierra una de las principales ofertas de campaña del tabasqueño en favor de los más desprotegidos.
Estos sí son hechos, no palabrería. El tema todavía da para más.