Testigo fiel
Por: Jesús Torres
Revalorar regreso a las aulas
Si el contagio y muerte por Covid-19 en niños y adolescentes así como la saturación de hospitales infantiles por esta enfermedad no han sido suficientes para revalorar el regreso a las clases presenciales, entonces el gobierno de Andrés Manuel López Obrador será el único responsable de lo que pase de aquí en adelante.
De acuerdos con reportes de la misma Secretaría de Salud, en México hay ya 14 hospitales infantiles que tienen una ocupación superior al 50% para pacientes con Covid-19, de los cuáles cuatro se encuentran al 100% y nueve tienen porcentajes arriba de los que se dieron a conocer el pasado 11 de enero durante el segundo pico de la pandemia en el país.
Apenas el pasado ocho de agosto el Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA) dio cuenta de 60 mil 929 casos de niños y adolescentes contagiados por el SARS-CoV-2, de los cuales 613 perdieron la vida.
El informe reveló que los adolescentes entre 12 y 17 años son los que más contagios reportaron con 35 mil 20 casos totales, seguidos de los menores de 6 a 11 años con 14 mil 526 casos y de cero a cinco años 11 mil 382 casos en lo que va de la pandemia.
Hasta ahora la Ciudad de México es la que reporta el mayor número de menores contagiados con 16 mil 774, seguido de Tabasco con 6 mil 448, Guanajuato que tiene 5 mil 378 y el Estado de México con 4 mil 760.
Aún y con todo ello, como Poncio Pilato, ayer martes López Obrador se ‘lavó las manos’ sobre la responsiva que la Secretaría de Educación emitió para que sea firmada por los padres de familia antes de que inicien las clases presenciales.
Los testimonios de padres que han batallado contra el coronavirus para salvar la vida a sus hijos son múltiples, además del duro golpe que les representa para su economía.
Una reciente encuesta nacional levantada por el diario El Financiero dio a conocer que casi el 70% de los mexicanos afirman que la pandemia les ha perjudicado mucho o algo en sus finanzas.
Como aquí se dijo, mandar a los alumnos a las aulas sin el compromiso y la responsabilidad del Estado y las instituciones educativas, públicas y privadas, no sólo representa un riesgo inminente al contagio, sino que las consecuencias, como ya se ha visto, pueden ser fatales.
