Testigo fiel
El interés supremo de los niños
y los derechos de los maestros
Por: Jesús Torres
Las protestas que realizaron maestros en Tabasco al grado de llevarlas al terreno de la confrontación durante el bloqueo de la carretera Villahermosa-Frontera, dio paso al análisis y la lectura de lo que representó este movimiento magisterial influenciado supuestamente por la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE), quien tiene mayor presencia en estados como Chiapas, Michoacán, Oaxaca y Guerrero.
Independientemente de quien esté detrás de la inconformidad de los docentes, en el caso de Tabasco, es reprobable que se haya engañado a padres de familia para que se sumaran a las manifestaciones bajo el engaño de la privatización de la educación y el pago de libros de textos para el próximo ciclo escolar, así como los servicios que demandan los planteles escolares para su mantenimiento.
Vamos, en el peor de los absurdos se les hizo llegar copias de textos supuestamente cargados de una tendencia sexual para niños de nivel preescolar con el fin de hacerles creer que todo ello era parte de la reforma educativa aprobada por legisladores del Congreso de la Unión.
Es lamentable que se tenga que recurrir a este tipo de argumentos capciosos, que en el fondo, lo que buscan los maestros es oponerse a ser evaluados por la Secretaría de Educación, y peor aún, cuando el estado es una de las entidades con el nivel más bajo en aprovechamiento educativo en el país.
No por nada, la Suprema Corte de Justicia de la Nación advirtió a quienes se han inconformado con la reforma educativa, que sus derechos laborales están por debajo del interés superior de los niños y del derecho de éstos a recibir una educación de calidad.
En otras palabras, nada les da derecho a afectar la educación de los pequeños pero sí la enorme responsabilidad de capacitarse para estar frente a un grupo escolar y actualizarse en el proceso enseñanza-aprendizaje. ¿Cómo queremos que en las aulas tengamos alumnos sobresalientes? Muy sencillo, con maestros más preparados. ¿Acaso es mucho pedir?
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