Las próximas elecciones del domingo 6 de junio son una prueba crucial para determinar si Morena, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, logra mantener la mayoría en las Cámaras para lograr cambios constitucionales y con ello acelerar la agenda política. Esto, según el diario estadounidense The Wall Street Journal, puede representar un riesgo para la democracia de México pues las intenciones de las personas que lideran Morena son atentar en contra de la autonomía de organismos antimonopolio o encargados de transparencia.
En la columna “El ensayo del sábado” del Wall Street Journal, titulada “¿Es el presidente de México una amenaza para su democracia?”, David Luhnow y José de Córdoba revisaron el gobierno de López Obrador de forma similar a la que lo hizo el medio inglés The Economist en su editorial del 27 de mayo y lo calificaron como un “izquierdista anticuado“.
Los autores del texto recuperaron posturas de analistas que observan al “líder populista” con miras a “hacer retroceder el reloj de la política mexicana a la década de 1970, antes de que el país adoptara el libre comercio y las elecciones libres”.
Al recuperar la participación del presidente López Obrador durante una visita a una planta que opera con carbón, el ensayo observó la postura del mandatario de recuperar a Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y, citando a sus críticos, “recrear el México de su juventud en las décadas de 1960 y 1970, cuando el país era un estado de partido único con un presidente todopoderoso, un congreso y tribunales obedientes, y una economía impulsada por empresas estatales, especialmente en energía”.
“Lo diferente del señor López Obrador, de 67 años, ampliamente conocido por sus iniciales, AMLO, es cómo ha logrado dominar la vida política y económica de este país de 126 millones, no desafiando su sistema democrático sino explotando eso. Elegido por abrumadora mayoría en 2018, es, con mucho, el político más auténticamente popular que este país ha visto en una generación, con un índice de aprobación del 60% a pesar de una economía débil y una pandemia que afectó particularmente a México”, destacó la publicación.
Sin embargo, WSJ recuperó la postura de empresarios y “un número creciente de mexicanos de clase media“, que temen que este poder pueda subvertir el mismo proceso democrático que lo llevó al poder, porque “está vaciando varias de las instituciones que limitan el poder presidencial, y a muchos les preocupa que intente permanecer en el cargo más allá de 2024, o al menos dominar a un sucesor elegido a dedo”.
«El partido de López Obrador ya está proponiendo poner fin a la autonomía de las agencias independientes diseñadas para controlar el poder presidencial, que van desde reguladores antimonopolio hasta un organismo responsable de la transparencia pública. El congreso de México financia estas agencias y nombra a sus miembros, y el presidente cree que deberían incluirse en el ejecutivo”, destacó.
AMLO conectó con votantes como Trump
“López Obrador proviene de una generación de líderes del PRI que abandonaron el partido a fines de la década de 1980 después de que fueron relegados para puestos clave a favor de una nueva ola de tecnócratas educados en la Ivy League. Se afilió a un partido de izquierda y se convirtió en alcalde de la Ciudad de México en 2000″, recordó el artículo de WSJ.
“De la misma manera que Donald Trump se conectó con muchos estadounidenses de clase trabajadora que se sentían rezagados por la globalización, López Obrador ha creado un vínculo con los pobres de México que sintieron que la democracia y el libre comercio no habían logrado mejorar sus vidas”.
Recuperaron que algunos analistas ven en el presidente mexicano una “visión romántica de su juventud en la bucólica Tabasco“, cuando México tenía una economía cerrada después de décadas de crecimiento. “Quiere una economía simple, en gran parte agraria, basada en recursos naturales supervisada por el estado, que por supuesto ya no existe porque el mundo ha cambiado”, dijo al medio Duncan Wood, asesor principal del Instituto México en el Centro Woodrow Wilson en Washington, DC.
“El líder mexicano es un izquierdista anticuado que descarta temas de la izquierda moderna como el feminismo y el medio ambiente. En un país profundamente católico, ha plasmado su política en el simbolismo religioso. Su partido Morena es una referencia a la patrona nacional de piel oscura de México, la Virgen de Guadalupe, y fue fundado el día de su fiesta. El presidente se comparó a sí mismo con Jesús por su persecución y nombró a su hijo menor Jesús Ernesto, por el salvador cristiano y revolucionario argentino Ernesto ‘Che’ Guevara“, destacó el ensayo.
No esperan crisis, pero si menor crecimiento
Otro elemento para la discusión planteada por Luhnow y Córdoba es la cercanía de México con Estados Unidos y la interdependencia económica de ambas naciones. “Si López Obrador crea una crisis política o económica, el efecto de derrame podría ser profundo y afectar todo, desde la migración al comercio y la cooperación antidrogas”, plantearon.
“A medida que López Obrador se acerca a la mitad de su mandato de seis años, la economía mexicana se tambalea”, aseguró el WSJ, analizando el curso de las finanzas del país incluso antes de que la pandemia de la Covid-19 llegara, porque las medidas implementadas por el mandatario “asustaron la inversión empresarial”.
La cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, así como de la llegada de la cervecera Constellation Brands en Mexicali, enmarcan que México no haya tenido una oferta pública inicial de acciones en cuatro años, los mismos del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
A este panorama sumaron la contracción económica del país en los primeros dos años de gobierno de López Obrador (-8.5%) y la pérdida de 850 mil empleos, principalmente durante la pandemia; además de la estimación de cierre de 400 mil empresas y el aumento de migración a Estados Unidos de hombres adultos mexicanos para buscar trabajo.
“La visión económica del presidente para México es más clara en el sector energético. En febrero, impulsó una ley que obligaba a la red eléctrica nacional a comprar primero la energía producida por la ineficiente empresa estatal, a pesar de que cuesta más y genera más contaminación que la energía de empresas privadas y productores de energía renovable, que han sido relegados para el final de la línea a pesar de haber invertido decenas de miles de millones de dólares en los últimos años”.
El ensayo destacó que, si bien los analistas consultados no esperan una venezualización de la economía mexicana, debido a las medidas de austeridad republicana aunadas a la relación comercial con Estados Unidos, no se espera que López Obrador lleve a la economía mexicana a una gran crisis. Y tampoco observaron que haya un debilitamiento de las instituciones judiciales, como en aquél país, pues estas han hecho frente a las políticas reformistas planteadas por el mandatario. Sin embargo, reconocieron que el presidente promete seguir con los cambios.
Con base en las estimaciones de crecimiento para 2021, hechas por organismos internacionales y analistas, se espera que México logre avances este año, pero en adelante este podría estancarse si el país no da un cambio de rumbo en sus políticas, advirtieron. (Latinus).