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El reloj y Rovirosa

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TRANSPARENCIA

POLÍTICA

Erwin Macario

 

El reloj y Rovirosa

 

Caronte: yo seré un escándalo en tu barca.

Mientras las otras sombras recen, giman o lloren,

y  bajo tus miradas de siniestro patriarca

las tímidas y tristes, en bajo acento, oren…

Juana de Ibarbourou/ Rebelde

 

Francisco Peralta Burelo, jurista, político y escritor, no es ni ha sido hombre de pleitos. Pero ahora, presidente municipal interino como integrante principal del Concejo Municipal de Centro,  es piedra de escándalo. Esta vez, quienes tratan sacar raja política del reloj floral y la estatua de Rovirosa, no defienden la ciudad ni el erario: marcan su territorio, sus cotos de poder, sus espacios políticos.

 

Temen. Le tienen miedo al político que en cuatro meses ha exhibido la desvergüenza de otros. Como responsable de la comuna no sólo ha trabajado como no se hiciera antes en tan corto tiempo, sino que ha sido factor de equilibrio en la política, en la elección extraordinaria de la autoridad municipal, que por segunda ocasión ganó el PRD y su candidato Gerardo Gaudiano Rovirosa.

 

El 28 de marzo, hace un mes, se dijo en este espacio periodístico: Los que por ambiciones personales renuncian al papel que la vida les depara como viejos investidos de prestigio y liderazgo; quienes lo cambian todo por la ambición de poder, los que tiran la posible sabiduría de la experiencia en aras del mando político mal ejercido, son los perdedores de esta elección extraordinaria.

 

Francisco Peralta, a quienes hubieran querido involucrar en un evento electoral del que estuvo ajeno, entregado a cumplir, salió bien librado. Villahermosa recuperaba su rostro de ciudad mientras se hacía política electoral en sus calles.

 

Y el 13 de marzo, como lo dijo el colega René Alberto López al día siguiente, el municipio de Centro votó y demostró que no quiere nada con los políticos contaminados de los vicios del pasado, cargados de odio y enfrentado con la realidad. La rancia política en Tabasco murió la noche del domingo. Soplan vientos renovadores.

 

Ese 13 de marzo se dio un paso definitivo hacia la transición. En ello sí tuvieron que ver Francisco Peralta y el propio gobernador Arturo Núñez Jiménez. Así lo dijo esta columna el 28 de marzo, y vale la pena hacer un recuento:

 

Tras la alternancia, que en el 2012 votó Tabasco a favor del PRD y Arturo Núñez Jiménez, ha sido difícil el camino hacia la transición. No podía ser de otra forma. Arturo Núñez, el gobernador, y Francisco Peralta Burelo, presidente municipal interino en los cinco meses del proceso electoral extraordinario obligado por la anulación de las elecciones del año pasado en el municipio de Centro, mantuvieron desde el gobierno las condiciones para que el traspaso del poder político en este municipio se diera como un avance hacia esa transición que el PRI no ha podido frenar y que tratará de evitar en el 2018, aunque en circunstancias desfavorables pues la mafia que lo maneja destruyó activos valiosos y dañó en parte a gente como Gina Trujillo, que sin formar parte de lo rancio en la política sí ha trabajado en su partido, con el librito.

 

Como Pancho Peralta, lo escribí,  el gobernador de Tabasco, en este papel y con la experiencia administrativa y política acumulada desde el propio PRI y luego en el PRD, es uno de los que ya tienen, también, un lugar en la historia de la transición política entre los que algunos conocemos como viejos estadistas, en contra de los viejos sangrantes que como Madrazo y Andrade —mentalmente colocado en ese status— son los sobrevivientes rancios —calificativo de Ricardo Alemán— que es más el daño que el bien que pueden dar al pueblo y a la sociedad, como quedó demostrado en un proceso en el que metieron lo peor y más bajo de la política.

 

No le perdonan eso a Pancho Peralta. Tampoco le perdonan que haya cumplido su palabra de no ir al cargo tras fama o dinero. Rescatar para el erario municipal los millones de pesos que Humberto de los Santos Bertruy cobraba a la mano y su excelente relación con la prensa, de la que forma parte.

 

Por encima de todo lo que materialmente se ha hecho y se hace en Villahermosa y en el municipio, anteponen el odio, la inquina… y el miedo.

 

Por eso el anuncio de colocar el reloj floral en un sitio donde luzca mejor, donde le dé mayor jerarquía a Villahermosa como parte de todo un proyecto integral urbano que rescate nuestro río Grijalva, fue tomado en contra, no tanto para manchar una imagen política sino para frenarlo, para que no sea el activo político que Tabasco requiere en este Gobierno.

 

Por eso, el odio y la ambición política mostró su peor rostro: la ingratitud contra uno de los mejores gobernantes de Tabasco, Leandro Rovirosa Wade, cuyo sólo anuncio de colocar un monumento en su honor, por cierto con recursos privados, desató la inquina contra el presidente concejal.

 

Pero, con Dale Carniege (Cómo ganar amigos e influir en los demás) “recordemos que las críticas injustas son frecuentemente elogios disfrazados. Recordemos que nadie patea a un perro muerto”.