Testigo fiel
Por: Jesús Torres
Tabasco, otra vez la pesadilla por inundaciones
Los efectos del frente frío 4 y la extracción de agua de la presa Peñitas hicieron que Tabasco viviera horas de angustia e incertidumbre ante la posibilidad que se repitiera un escenario catastrófico similar al de 2007.
Las intensas lluvias de hasta 250 milímetros que azotaron la entidad, desde mediados de la semana pasada, provocaron, con el desfogue de la presa de hasta mil 750 metros cúbicos de agua por segundo, que casi 600 mil tabasqueños quedaran atrapados entre el agua.
Si a este gobierno no se le ha dado nada bien, es la oportuna comunicación para alertar a la población ante emergencias de este tipo, y los resultados por tanto, saltan a la vista en detrimento del patrimonio y la vida de las personas.
A través de Protección Civil se había pronosticado el 29 de septiembre lluvias intensas por el frente frío 4, pero un día después, en un comunicado el organismo dio a conocer que no era lo que se esperaba, que sólo se trataba de lluvias esporádicas, sin que representara mayores afectaciones para la población.
Sin embargo, la noche del 30 de septiembre, empezaron a sentirse los primeros efectos en la capital tabasqueña, muchos se fueron a dormir con la confianza que no había nada que temer, pero ya era demasiado tarde, cuando despertaron tenían el agua entre sus casas.
El saldo de casi tres días de persistentes lluvias ya todos los sabemos, más de medio millón de tabasqueños afectados por las inundaciones en 14 de los 17 municipios y el desbordamiento de seis ríos que atraviesan el estado por la extracción de Peñitas.
Como suele ocurrir en estos casos, las autoridades no actuaron a tiempo, el plan de evacuación de las familias se realizó ya cuando el agua se había metido a sus viviendas, no se brindó seguridad a la población para que sus casas no sufrieran pillajes y por tanto muchos prefirieron no acudir a los refugios temporales.
La tregua que dieron las precipitaciones, debe ser aprovechada para rediseñar una estrategia de ayuda mientras no se sientan, a partir de esta semana, los efectos de la tormenta tropical ‘Gamma’, la cual tomó fuerza ayer domingo al dejar Yucatán con dirección al Golfo de México.
Pero además, se debe llamar a cuentas al director de la CFE, Manuel Bartlett para que rinda cuentas sobre el mal manejo de las presas en temporada de lluvias, como ocurrió en las inundaciones de 2007, el peor desastre ocurrido en la historia de la geografía tabasqueña.