Al menos 16 militares y varios civiles murieron el domingo en los peores combates entre Armenia y Azerbaiyán desde 2016, reactivando los temores sobre la estabilidad en el Cáucaso Sur, un corredor para los oleoductos que llevan petróleo y gas a los mercados mundiales. Ambas partes se culpan de haber roto el alto el fuego y reportan víctimas.
Los choques entre las dos exrepúblicas soviéticas, que libraron una guerra en los años 90, fueron los últimos de un largo conflicto por el control de Nagorno-Karabaj, una región separatista en el interior de Azerbaiyán gobernada por la etnia armenia que declaró su independencia en 1991.
Nagorno-Karabaj dijo que 16 de sus soldados perecieron y más de 100 resultaron heridos después de que Azerbaiyán lanzó un ataque aéreo y artillero. Armenia y Nagorno-Karabaj declararon la ley marcial y movilizaron a su población masculina.
“Por decisión del Gobierno, se declara la ley marcial y la movilización general en la República de #Armenia. Hago un llamado al personal adjunto a las tropas para que se presenten a las comisarías de su distrito”, señaló Nikol Pashinian, primer ministro de Armenia.
Azerbaiyán, que también declaró la ley marcial, dijo que sus fuerzas respondieron a bombardeos armenios y se hicieron con el control de siete aldeas, aunque Nagorno-Karabaj lo negó. La fiscalía azerí dijo que cinco miembros de una familia perecieron bajo los bombardeos armenios.
Los enfrentamientos provocaron una ola de iniciativas diplomáticas para evitar la reactivación de un antiguo conflicto entre Armenia, de mayoría cristiana, y la musulmana Azerbaiyán. Rusia pidió un alto el fuego inmediato y otra potencia regional, Turquía, mostró su apoyo a Azerbaiyán.
Los oleoductos que transportan el crudo y el gas natural del Mar Caspio desde Azerbaiyán al mundo pasan cerca de Nagorno-Karabaj. Armenia también advirtió sobre los riesgos a la seguridad en el Cáucaso Sur en julio, después de que Azerbaiyán amenazó con atacar su planta nuclear como posible represalia.
Nagorno-Karabaj se escindió de Azerbaiyán en un conflicto que emergió cuando la Unión Soviética colapsó en 1991.
Aunque se acordó una tregua en 1994, después de que murieron miles de personas y hubo muchos más desplazados, Bakú y Ereván se acusan con frecuencia de ataques en torno a Nagorno-Karabaj y a lo largo de la frontera que separa a los dos países.
Armenia dijo que fuerzas azeríes atacaron objetivos civiles, incluida la capital de Nagorno-Karabaj, Stepanakert, y prometió una “respuesta proporcionada”.
Pashinyan, escribió en Twitter que “nos mantenemos fuertes junto a nuestro ejército para proteger nuestra patria de la invasión azerí”.
Bakú desmintió un comunicado del Ministerio de Defensa armenio que aseguró que helicópteros y tanques azeríes fueron destruidos y acusó a las fuerzas armenias de lanzar ataques “deliberados y selectivos” a lo largo de la frontera.
“¡Defendemos nuestro territorio, nuestra causa es correcta!”, afirmó el presidente azerí, Ilham Aliyev, en un discurso a la nación.
Turquía dijo que está en contacto con los miembros del Grupo de Minsk, que media entre Armenia y Azerbaiyán. Rusia, Francia y Estados Unidos son copresidentes.
El presidente ruso, Vladimir Putin, habló por teléfono con Pashinyan, pero no se facilitaron detalles de la conversación. Por su parte, el líder turco, Tayyip Erdogan, habló con Aliyev.
Erdogan prometió apoyo para su tradicional aliado Azerbaiyán y afirmó que Armenia es “la mayor amenaza para la paz en la región”, al tiempo que pidió “a todo el mundo que esté con Azerbaiyán en su batalla contra la invasión y la crueldad”. (Reuters).