Testigo fiel
Por: Jesús Torres
AMLO, rasgos de dictador
Si no se hace algo a tiempo, dentro de poco este país se verá seriamente amenazado por una dictadura que no conviene a nadie.
Desde antes que llegara al poder Andrés Manuel López Obrador, ya se advertía que representaba un peligro para México y pareciera que se está cumpliendo.
Acallar a sus críticos mediante el uso de la fuerza, como ocurrió ayer domingo en la Ciudad de México, o atacar a la prensa por decir la verdad, son síntomas de un gobierno que lo menos que puede presumir es que sea democrático.
Y lo que es peor, que por una protesta, como ocurrió recientemente en Chihuahua, se ordene desde Palacio Nacional el congelamiento de cuentas bancarias de líderes y políticos por participar en un movimiento social en defensa del agua.
No hay antecedentes que en anteriores gobiernos se haya actuado de tal forma para someter a tantas voces que no comulgan con un estilo de gobernar, pero sobre todo, en el ejercicio pleno de las libertades consagradas en nuestra Constitución.
Lo que más llama la atención es que quien hoy se opone desde el gobierno a la libre manifestación y expresión de las ideas es el mismo que mediante chantajes recurrió a protestas y bloqueos durante sus inicios en la política, en su natal Tabasco, para llegar hasta donde ahora se encuentra.
Aún se recuerda la toma de pozos petroleros, de plazas, de marchas o éxodos a la ciudad de México, de encabezar una resistencia civil de no pago contra la CFE, la toma del Zócalo capitalino y la avenida Reforma por casi mes y medio.
¿A qué le teme López Obrador? ¿Al derrocamiento de su gobierno?
Lo cierto es que en dos años, los resultados de su administración han sido adversos en temas que preocupan y ocupan a los mexicanos, como la inseguridad, la salud y la economía.
Pretender ocultar la ineficiencia a través del uso faccioso del poder para no perder simpatías con fines electorales corre el riesgo que la violencia escale a otros niveles.
Todavía estamos a tiempo para evitar que este país se nos vaya de las manos.
El año próximo habrá elecciones en el país y no es conveniente enrarecer el clima político-electoral desde ahora. Al tiempo.