Testigo fiel
Por: Jesús Torres
Morena, ¿la esperanza de México?
El cochinero cometido por Morena, los actos violentos en la elección de sus delegados y el manoseo que le metieron a su padrón de afiliados dio al traste para que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJ) anulara su proceso para la renovación de la dirigencia nacional.
El resolutivo del máximo órgano jurisdiccional del país vino a confirmar lo que ya todo mundo sabía, que Morena resultó peor que otras fuerzas políticas pues no sólo recurrieron al acarreo y coacción del voto sino que le añadieron el ingrediente de la violencia como si este país no tuviera suficiente con tanta inseguridad.
Y no sólo se han atrevido a violar sus propios estatutos y las leyes electorales en la materia sino que cuál partido de rijosos ahora buscan confrontarse con el TEPJF por el fallo que los magistrados emitieron en su contra.
De ese tamaño ha sido la actuación del partido que llevó al poder al tabasqueño, Andrés Manuel López Obrador.
A diferencia de otras fuerzas políticas, como el PRI y PAN que renovaron sus liderazgos sin mayores complicaciones, los morenistas en vez de mostrarse como un partido de avanzada, ya ventilaron de qué están hechos.
Aunque López Obrador pretenda desvincularse del instituto político que fundó y decir que ya no existe partido en el gobierno nadie se lo cree.
Morena es el brazo político del gobierno federal y todas las decisiones que se toman en este partido pasan necesariamente por Palacio Nacional. Pensar lo contrario sería pecar de ingenuos.
Su eslogan de campaña: ‘la esperanza de México’ se ha visto reducido a una mera oferta política que no ha podido llevar a este país a los niveles de crecimiento y desarrollo prometidos.
Tan es así que la violencia sigue escalando lugares como nunca se habían visto en la historia de este país.
En materia económica los últimos reportes indican que el crecimiento es de cero. El estancamiento ha sido la constante desde que arrancó el gobierno del guía moral de Morena.
La descomposición que se vive en el partido gobernante, hay que decirlo, es el reflejo de lo que su presidente ha hecho con este país.