El papa Francisco defendió este martes en su último acto en Cuba el concepto de familia como forma de evitar que las personas se transformen en «individuos aislados fáciles de manipular y de gobernar».
«La familia nos salva de dos fenómenos actuales: la fragmentación y la masificación», advirtió el pontífice en el Encuentro con las Familias en la Catedral de Santiago, de donde partirá este martes hacia Estados Unidos, la segunda etapa de su décimo viaje internacional.
«Sociedades divididas, rotas, separadas o altamente masificadas son consecuencia de la ruptura de los lazos familiares, cuando se pierden las relaciones que nos constituyen como personas, que nos enseñan a ser personas», dijo a los presentes.
Recordó un mensaje que ha repetido en varias ocasiones: «por favor, las familias no son un problema, son principalmente una oportunidad» a la que hay que, «cuidar, proteger, acompañar».
El pontífice lamentó la desaparición en muchas culturas de los espacios del hogar en los que se reúnen las familias, como el momento de la cena al final de una jornada de trabajo.
«Sin familia, sin el calor del hogar, la vida se vuelve vacía, comienzan a faltar las redes que nos sostienen en la adversidad, nos alimentan en la cotidianeidad y motivan la lucha para la prosperidad», alertó.
Durante su discurso a las familias, impartió, de forma improvisada, una bendición especial a las mujeres embarazadas a las que instó a tomarse de la mano para recibirla.
«Deseo que venga sanito, que crezca bien, que lo pueda criar», les dijo.
“Sembrar reconciliación”
Horas antes, en su última homilía en la isla caribeña, Francisco instó a «sembrar reconciliación» y dijo en el santuario de la patrona de Cuba que la Iglesia quiere «tender puentes» y «romper muros».
El papa añadió que los creyentes son invitados «generación tras generación» a renovar su fe, a vivir lo que denominó la «revolución de la ternura», en una misa en la basílica de la Virgen de la Caridad del Cobre a la que asistió el presidente cubano, Raúl Castro.
«Nuestra revolución pasa por la ternura, por la alegría que se hace siempre projimidad, que se hace siempre compasión y nos lleva a involucrarnos, para servir, en la vida de los demás», dijo el papa en su homilía en el pequeño templo de la patrona de la isla.
«Queremos ser una Iglesia que sirve, que sale de casa, que sale de sus templos, de sus sacristías, para acompañar la vida, sostener la esperanza, ser signo de unidad», agregó.
Bergoglio comentó que los católicos quieren ser una comunidad «que sepa acompañar todas las situaciones ‘embarazosas’ de nuestra gente, comprometidos con la vida, la cultura, la sociedad, no borrándonos sino caminando con nuestros hermanos». EFE