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11 de septiembre, el día que conmocionó al mundo entero

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Las imágenes de los ataques del 11 de septiembre siguen siendo indelebles, aunque este miércoles se cumplan 23 años desde que una mañana con el cielo despejado de Nueva York se convirtiera en una pesadilla que sacudió a este país hasta la médula y alteró el destino de millones de personas en todo el mundo.

El horror de la gente al darse cuenta de que un avión se había estrellado contra el World Trade Center, el bajo Manhattan cubierto de cenizas como una nieve pútrida, la imagen del “Hombre que cae”, la destrucción del núcleo del poderío militar de un país y un accidente aéreo que simbolizó a la vez el heroísmo de un grupo de personas normales y corrientes y la devastadora violencia que pudo haberse desencadenado.

Cada una de estas imágenes contiene una instantánea del terror que se extendió por toda la nación, ya sea en quienes estuvieron en el epicentro de la tragedia, o en el otro lado del país viendo la televisión.

Casi 3,000 personas murieron como resultado de los ataques y miles sufrieron, otras fallecieron luego, debido a cánceres relacionados con el trabajo en la Zona Cero, después de los ataques.

Estas son algunas de las imágenes memorables de esa mañana de martes sin nubes.

Gente caminando por la calle en la zona donde se derrumbaron los edificios del World Trade Center el 11 de septiembre de 2001, después de que dos aviones se estrellaran contra las Torres Gemelas en un supuesto ataque terrorista.
Trabajadores de la ciudad en un pub de Londres viendo las noticias de los ataques terroristas en Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001. Tres aviones se estrellaron contra el World Trade Center en Nueva York y el Pentágono en Washington, en lo que se describió como el mayor acto de terrorismo de la historia.
Viajeros varados en la terminal de United Airlines en el Aeropuerto Internacional O'Hare el 11 de septiembre de 2001, en Chicago, Illinois. Todo el tráfico aéreo en el aeropuerto se cerró después de los ataques al World Trade Center en la ciudad de Nueva York.
Trabajadores del Pentágono observando cómo se quema el edificio después de que un avión se estrellara contra las instalaciones, el 11 de septiembre de 2001 en Arlington, Virginia.
Patricia Petrowitz rezando de rodillas en la Catedral de St. James de Seattle durante un servicio de oración el 11 de septiembre de 2001 a raíz del ataque terrorista contra el World Trade Center en la ciudad de Nueva York y el Pentágono. La catedral estaba repleta.
El presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, mientras su jefe de gabinete Andrew Card (a la izquierda) interrumpía su evento de lectura matutino en un colegio, poco después de que las noticias sobre los accidentes aéreos de la ciudad de Nueva York llegaran a Sarasota, Florida.
Espectadores mirando hacia arriba mientras el World Trade Center se incendiaba, el 11 de septiembre de 2001 en la ciudad de Nueva York, después de que dos aviones se estrellaran contra las torres gemelas en un presunto ataque terrorista.
Investigadores dirigiéndose hacia el campo de escombros en el lugar donde se produjo el accidente del avión comercial cerca de Shanksville, Pensilvania, el 11 de septiembre de 2001. El accidente correspondió a uno de los cuatro aviones que fueron secuestrados como parte de un complot terrorista mortal y destructivo. En el peor ataque en suelo estadounidense desde Pearl Harbor, tres aviones secuestrados se estrellaron ese martes contra el Pentágono y el emblemático World Trade Center de Nueva York, demoliendo las dos torres de 110 pisos que simbolizaban el poder financiero de Estados Unidos.
Los turistas estadounidenses Ted Barnett (en el centro) y Jamie Otten mirando las fotos de los ataques a los edificios del World Trade Center en un cibercafé en Calcuta, el 12 de septiembre de 2001. Tres aviones requisados por secuestradores se estrellaron contra el Pentágono y las torres gemelas del World Trade Center.
Personas haciendo fila según su grupo sanguíneo en el Hospital St. Vincent el 11 de septiembre de 2001 en la ciudad de Nueva York después de que dos aviones se estrellaran contra las Torres Gemelas en un presunto ataque terrorista.
Voluntarios donando sangre el 11 de septiembre de 2001 en el Hospital General Luterano en Park Ridge, Illinois, en una estación de donación de sangre establecida para ayudar a las víctimas del ataque al World Trade Center en la ciudad de Nueva York.
Una viajera varada de United Airlines mirando una pantalla el 11 de septiembre de 2001 en el Aeropuerto Internacional O'Hare de Chicago. Todo el tráfico aéreo en el aeropuerto se cerró después del ataque terrorista contra el World Trade Center en Nueva York.
Jossie Schumake, representante de la embajada de Estados Unidos en la Ciudad de México, hablando con la prensa el 11 de septiembre de 2001 durante una evacuación de la embajada de Estados Unidos en la Ciudad de México tras los presuntos ataques terroristas en la ciudad de Nueva York y Washington DC.
Una mujer japonesa orando por las víctimas de los ataques terroristas en Nueva York y Washington después de depositar flores en la embajada de Estados Unidos en Tokio el 12 de septiembre de 2001. Un Estados Unidos conmocionado cerró el miércoles sus embajadas en toda Asia y puso a sus fuerzas en alerta máxima, mientras la región se preparaba para lidiar con las consecuencias de los inauditos ataques aéreos en Nueva York y Washington.
Erin Jones, Bridget Opfer y Kieran McCutcheon se unieron a miles de personas en una vigilia con velas en el Mall en Washington D.C. el 12 de septiembre de 2001 en memoria de las víctimas de los ataques terroristas en la ciudad de Nueva York y Washington D.C. El mismo miércoles, Estados Unidos prometió contraatacar con toda su fuerza para vengar los horribles ataques contra el World Trade Center y el Pentágono, descritos en una nación enfurecida como “un acto de guerra” cometido por un enemigo cuyo nombre ni siquiera conocía.
  • Una mujer leyendo sobre el ataque terrorista contra el World Trade Center de Nueva York con el antiguo Coliseo romano de fondo, en el centro de Roma el 12 de septiembre de 2001. El papa Juan Pablo II condenó el miércoles los ataques suicidas en Estados Unidos, calificándolos como un día oscuro en la historia de la humanidad e instó al mundo a no permitir que se imponga una espiral de odio y violencia.

    Una mujer leyendo sobre el ataque terrorista contra el World Trade Center de Nueva York con el antiguo Coliseo romano.